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Julio 2019, Mundo Daikano.
Cinco daikanos habían sido asesinados por un extraño, el pueblo había quedado conmocionado ante tal evento. Se habían llevado al río que conectaba con el poblado el único cuerpo que pudieron rescatar de aquel ataque. La gente del pueblo veía irse el fallecido anciano con la corriente de agua, de aquella forma ellos despedían a sus muertos, solamente dejaban que la corriente se los lleve luego de acomodarlos sobre un pequeño bote que era armado específicamente para ese propósito. El recorrido de kilómetros y kilómetros hacía que todos los cuerpos de los difuntos se encontraran río abajo, donde los daikanos por respeto nunca visitaban.
Mientras el pueblo lloraba a sus muertos, Carla acompañó a Qira hasta su hogar, dejándola sobre la cama luego de que la guerrera llorase hasta agotarse. Salió con cuidado, intentando que la pesada puerta de madera no crujiera ni rechinara al irse, luego se dirigió al salón donde habían tenido la festividad unos días antes, no había nadie dentro, pero ella fue hasta allí sólo por el alcohol, necesitaba ahogar el dolor por un momento, y enfrentar que ahora debía continuar con la misión por su cuenta.
Luego de algunas horas, y de suficiente aguamiel, Carla se levantó de aquel banco en el que se encontraba, le costaba mantener el equilibrio, pero podía moverse todavía, se dirigió hacía las pinturas que habían en el salón. Vio una explosión nuclear en una, en otra vio un dibujo de como creían que se había visto Aela en su tiempo, donde podía verse el amuleto que ahora llevaba Qira sobre su cuello, y al final había una que llamó su atención más que el resto. La última pintura era diferente, un árbol negro en un pantano, con un hombre observandolo, sobre el marco inferior habían inscripciones escritas en el antiguo idioma daikano, confundida por lo vacía que se sentía aquella obra intento acercarse para tratar de descifrar el idioma, pero no pudo, era demasiado diferente a cualquiera de su tierra, por suerte para su curiosidad, detrás de ella alguien se acercaría a traducirle el fragmento.
—"Cuando las cenizas caigan, los hermanos se peleen entre sí, y las puertas se abran, ahí él nacerá, entre los escombros y la sangre de su corazón, traerá devastación sin igual"... Es la Profecía No Contada, así le decimos, es una historia de terror para los niños... —explicó Qira a Carla, quien al escucharla se daría vuelta para mirarla.
—¿Te encuentras...hip... mejor? —preguntó Carla con leves eructos de por medio.
—No... pero tenemos cosas que hacer, y el tiempo corre —dijo Qira, al terminar de decir eso Carla se abalanzó sobre ella y la abrazo para solo comenzar a llorar.
—No se que hacer... Debo abandonar todo ahora, en una misión que no me correspondía hacer por mi cuenta.
—Y lo harás bien... Robbie llegó hasta aquí porque te tuvo a ti, los dos fueron implacables en su aventura —le respondió Qira mientras la sujetaba de los hombros con ambos brazos y la miraba de frente.
—Gracias amiga... daré lo mejor de mí —respondió Carla con una sonrisa mientras se limpiaba las lágrimas y trataba de mentalizarse.
—Debo contarte algo de todas formas... Parece que estoy embarazada de Robbie —dijo sin preámbulos Qira, mientras una pequeña lágrima recorría su rostro.
—Espera... ¿qué? ¿Cómo lo sabes tan rápido? —preguntó confundida Carla.
—Luego de que me dejaste en mi hogar, dormí algunas horas, hasta que desperté por alguien que golpeaba la puerta. La profeta del pueblo cuando se enteró de lo que sucedió hoy había ido a verme. Al estar cinco minutos conmigo le alcanzó para saberlo, me dijo que probablemente la activación de la armadura de Aela haya sido para proteger el feto, y no a mí —respondió con confianza Qira, creía firmemente en aquella anciana.
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[Completo] La Puerta De La Penumbra III
Science Fiction[Este libro pasará a formar parte de La Puerta De La Penumbra I como el tercer acto] El mundo ahora es diferente, una oscuridad se acerca, Chloé y René lo presienten, pero luego de las constantes derrotas no saben si podrán evitar la llegada de algo...