THIS LOVE, IS GOOD, IS BAD ! ━━ conrad fisher

━━ PROLOGUE

( OO ) part.

❛ Clear blue water
High tide came and brought you in
And I could go on and on, on and on

( . . . )

Mientras Amelie recorría los alrededores de la casa de playa de los Fisher en Cousins, miles de pensamientos invadieron su mente, pero el principal era ...

— ¿Realmente habían pasado cinco malditos años desde la última vez que ella estuvo aquí? —

El verano en que cumplió dieciséis años fue la última vez que Amelie había estado de vacaciones aquí, sólo había vuelto para el funeral de Susannah cuatro años después, y ahora esto. Esto, de todas las cosas que todavía estaba tratando desesperadamente de entender, era la maldita boda de Belly y Jeremiah.

Aunque siempre existió una parte de ella que lo sabía. Susannah siempre había dicho que Belly y ella estaban destinadas a sus hijos, pero a lo largo de todos los veranos transcurridos antes de que Amelie se fuera, ella había estado convencida de que el flechazo de Belly por Conrad era mucho mayor que el que sentía por Jeremiah.

Y Amelie no podía esperar a escuchar las historias. Simplemente, no podía esperar más a volver a convivir con ellos.

Después de todo lo que había impedido sus vacaciones en este lugar, después de volver atrás y guardar luto a Susannah alejada de todos ellos. Esto resultaba necesario.

Ella necesitaba volver a estar en Cousins con los Fisher y los Conklin. — Aunque pudiese ser la última vez.

Esa era la parte más difícil de admitir, sin duda.

El camino de entrada rodeó la parte trasera de la casa, fusionándose con el resto del patio que envolvía la piscina del jardín trasero.

Amelie lo tenía todo tan presente: nada en absoluto había cambiado.

Ésta era la piscina donde los chicos se encargaban de tirarla a ella y a Belly al agua fría por las mañanas.

Era el patio donde ella y Conrad se sentaban después de robar una botella de vino tinto de la bodega de Adam, para bebérsela entera y luego decidir estúpidamente que bajarían al mar a darse un chapuzón nocturno cuando eran adolescentes.

La puerta trasera se abrió de golpe, la música de la radio se filtró desde el fondo.

— ¿Hola? — Anunció Amelie vacilante, y a los pocos segundos el rostro de Jeremiah apareció a través de la puerta.

— Dios mío, dijo él primero, antes de que una sonrisa del tamaño de Júpiter se dibujara en su rostro.

— ¡Belly! — Exclamó, antes de bajar corriendo los escalones traseros en dirección a ella para arrojarse a sus brazos.

Las lágrimas empezaban a abrirse paso por los ojos de Amelie, aunque se contuvo antes de que éstas comenzaran a caer. Ella no quería llorar, no deseaba hacer esto más difícil aún teniendo la certeza que ya sabía que lo sería.

Es decir, Amelie aún no había visto a Conrad. Si lloraba con Jeremiah y Belly, probablemente terminaría sollozando cuando viera el rostro de Conrad.

Jeremiah la abrazó con firmeza, apretujándola como si nunca fuera a soltarla. Él había crecido tanto en cinco años, de un chico cercano a los veinte a todo un hombre de veinticuatro, próximo a cumplir los veinticinco. Ahora era más alto, más corpulento, pero conservaba el mismo encanto feroz y el mismo amor en su corazón.