Capítulo dos: Profesor de idiomas

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Narra: Maía.

Era como una maldita maldición. No importaba que fuera la mejor estudiante, la mejor portada o la más buena, nunca nadie me notaba. Además de los profesores y director, soy un fantasma andante en mi propia vida.

Siempre en las sombras, buscando una salida para encontrar mi verdadero camino. No me motiva mucho ser como Charlotte, si se que mi prima tiene la vida perfecta. Y es que además de se hermosa, era tan inteligente y graciosa. Por desgracia, yo no salí con ese estupendo carisma que sobre sale hasta en las sombras, yo deseo ser yo.

Tener mi propia personalidad, como lo tiene ella. Pero que al momento de verme digan, diablos. Yo quisiera ser como ella, y es que mientras más me esfuerzo en hacer ese sueño realidad. Mas invisible me vuelvo, pero con Collin todo eso cambiará.

Collin es el amor de mi vida, ciertamente. Nunca creí que me escogería ah mi, pero estar ah su lado es grandioso. Aunque también, un poco estresante. Su cercanía con Charlotte realmente me fastidiaba, se que siempre hemos sido los tres juntos, pero el y yo ahora éramos pareja. Y que el pasará más tiempo con ella que con migo, era algo que no podía permitir.

Antes no tenía derecho de comentar esa acción. Pero ahora sí, el me ama ah mi. Si no lo hiciera, no estuviera con migo. La clase paso más rápido de lo que imaginaba, al salir del salón, escucho como mi celular empieza ah sonar. Yo lo tomo y atiendo, era Choe. Mi hermana mayor.

*Llamada entrante*

—Hola moustrito. ¿Como estás?. ¿Ya saliste?.

—Si. Pero Collin vendrá por mi—le confieso.

—Ahh... Okay.

—¿Porqué la pregunta?.

—No. Por nada, como estaba cerca del instituto. Creí que te gustaría que te buscará—me aclara.

—Collin ya quedó en venir me ha buscar, lo lamento.

—No pasa nada. Bueno, te dejo hermanita. Te quiero.

—Y yo ha ti Choe.

*Llamada finalizada*

Si para alguien no era invisible eso era para mía padres he hermanos. Bueno, además de Collin por supuesto, mi familia es hermosa. Pero siempre cuando Charlotte está, es como si yo de repente dejara de existir. Esto no es una competencia, de quién es más notoria o no. La amo y es mi prima, prácticamente mi mejor amiga y única amiga. Claro, además de mis hermanas, Yisel, Yolanda y Lara.

Los hijos de los amigos de mi tío Marco, son todos mis amigos. Y eso es algo vergonzoso, ya que todos nos criamos juntos. Esto significa que si hay un gran cariño y si algo le pasa ah alguien, todos sufren y van ayudarlo en lo que fueran.

Son de esos amigos fieles que están con tigo en las mamás y las peores, pero si llegas ah tener un problema con uno. Es complicado desahogarte con el otro, ya que todos nos conocemos y nos queremos como hermanos. Es una situación muy complicada en realidad, por eso cuando entre ah la universidad. Me dedicaré hacer nuevas amistades, ese es mi meta.

Y así fue como pasaron al rededor de una tres horas, yo solo me encontraba sentada en el escalón del instituto con mis manos en mi rostro. Collin se había olvidado de mi, esto me asía sentir fatal. Él tuvo que venir ah recogerme hace casi cuatro horas, y no está aquí.

Veo como sale del auto con Charlotte. Yo me encontraba furiosa por esto.

—¿Donde estabas?—yo me levanto del escalón completamente furiosa, mientras que me alejo de la rubia y me enfoco más en el pelinegro.

—Yo me voy—confiesa mi prima. Y era lo mejor, esto era entre Collin y yo. Solo nosotros, ella literalmente sobraba en este panorama. Creí que se iría, pero cuando se hiba a marchar. Su mejor amigo la toma de su brazo derecho y la obliga ha permanecer ah su lado. Al verla que se quedó junto ah el, no pude evitar lanzarle una mirada asesina, todo esto asia que mi sangre hirviera por completo.

—Llevo tres malditas horas esperándote. ¿Pero que rayos ocurre con tigo?—le reclamo con rabia, esto era tan injusto. No me merecía esto.

—Señorita Pérez—esa voz seme asia tan conocida. En solo cuestión de segundos, mi profesor de idiomas se acerca ah mi. El profesor Evan Walker, era unos de los profesores más atractivos del instituto. El y el sexo profesor de deportes, la verdad es que muchas de mi salón, bueno. Casi todas, bavean por el guapo, joven profesor de idiomas de ojos azules, cabello rubio y tez blanca—su cuaderno—yo tomo mi cuaderno de sus manos y le regaló una amplia sonrisa.

—Muchas gracias.

—Espero que no le moleste. Pero pues, tuve que abrirlo para saber de quién era. Y me encontré con unos poemas maravillosos—ese era como mi pequeño secreto, solo lo sabía mi padre y mi hermana Choe. Y es que escribir es mi vida, aunque obviamente no podría estudiarlo. Ya que si quiero estar más cerca de Collin, sería estudiando la misma carrera que el. Y aunque la literatura me facinaria, ya había tomado una desición con respecto ah ese tema.

—No es necesario que finja que le agrada lo que leyó. Ya se que nunca lograré ser lo suficientemente buena—y es que era simple. No era que no me considerara buena, si no que no lo era. Y eso era más que un hecho. Las miradas de confusión de ambos amigos, me ponía nada nerviosa y dudosa de mis cualidades como escritora. Obviamente esto era algo lo cual nunca había conversado con ellos, y que ciertamente. No quería que se enterarán jamás.

—No se trata de fingir. Te lo digo en serio, eso que leí fue maravilloso—era la primera persona que alagaba mi trabajo. Bueno, además de Choe y mi padre. Que eran los únicos que sabían de mi amor por la escritura. Y leen mis escritos siempre cuando los términos.

—Muchas gracias profesor Walker—el dulcemente me regala una sonrisa distintiva. Para luego marcharse.

—¿Y ese?—pregunta mi novio curioso.

—Mi profesor de música—les confieso.

(....)

—No puedo creer que te hallas olvidado de mi—le reclamo con rabia.

—¿Cuanta veces te tengo que decir que lo siento?. Esto es aún muy nuevo para mi, es normal que no me acuerde de buscarte. Cuando antes no estaba en mis planes, lo intento. Lo lamento, te prometo que no volverá ah suceder—lo amaba. Pero lo que me había hecho, me había lastimado ah cantaras.

—No lo se—el se acerca ah mi y toma mis manos en las suyas.

—Realmente lo lamento. Es más, le pondré una alarma ah mi celular, para no olvidarme de irte ah buscar. Por lo menos, hasta que me acostumbré ah ello—esto era también nuevo para mi. Quizás estaba siendo muy dura con el—lo lamento. Te prometo que no volverá ah ocurrir, aunque debes entender que no todo el tiempo podré irte ah buscar. No por que no lo desee así, si no por mis estudios—comprendia perfectamente eso. Y realmente soñaba que Collin alcanzará todos tus sueños.

—Entiendo—yo rodeo su cuello con mis brazos. Para así besar con ternura sus labios—y realmente te amo. Solo no vuelvas hacerme esto.

En las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora