21

1K 51 5
                                    

Yeonjun pelinegro, Beomgyu rubio

Hoy era un día ajetreado, sus padres saldrían por toda una semana a visitar a sus abuelos, dejándolo sólo o eso era lo que Beomgyu creía.

—Recuerda que no debes de salir, estás en celo cariño, debes quedarte aquí a salvo y tomando tus supresores. ¿De acuerdo? —La señora Choi miró a su hijo el cual estaba sentado en el sofá carmesí de su sala. Beomgyu asintió en silencio, no sería correcto decirles a sus padres que su hermoso novio pensaba visitarlo.

No era algo que sus padres quisieran saber, porque ningún padre tigre quisiera saber que su pequeño hijo omega estaba saliendo con un hibrido de conejo que era un alfa.

Los señores Choi se despidieron de su hijo y salieron dejándolo sólo con su celo y su dolor interno al no tener a su alfa. Era gracioso que el alfa fuera el conejo ya que por lo general los híbridos de conejo eran tiernos y adorables mientras los híbridos de tigre eran fuertes y grandes, pero con esta pareja los papeles se invirtieron. El conejo llamado Yeonjun era fuerte, alto y musculoso mientras el tigre Gyu era lindo pequeño y con una figura exquisita.

Ambos chicos sabían que se pertenecían el uno al otro y lo confirmaron cuando Beomgyu tuvo su primer celo en un viaje escolar y Yeonjun tuvo que ayudarlo y protegerlo.

Beomgyu les había mentido a sus padres, ya que no había tomado sus supresores porque esperaba que su novio lo ayudara con su celo ahora que estarían solos, él incluso había comprado pastillas anticonceptivas para cuidarse, ahora solo faltaba que su novio llegara porque el calor que sentía y la erección entre sus piernas no se bajarían solos.

[...]

Dos horas después de que sus padres se fueron es que Beomgyu se levantó de su sillón para abrir la puerta porque ésta estaba sonando. Del otro lado de la puerta un hermoso pelinegro con orejas blancas en su cabeza se encontraba esperando con bolsas llenas de comida chatarra y dulces.

—¡Hyung!

Beomgyu abrazó a su novio importándole muy poco aplastar las cosas que el pelinegro llevaba.

—Hola Gyu, ¿Cómo estás?

Beomgyu se sonrojó intensamente, no podía decirle a su novio que había salido a comprar pastillas anticonceptivas, tampoco podía decirle que quería tener relaciones otra vez porque la primera vez no había sido suficiente.

—B-bien, gracias Yeonjun ¿Y tú?

Yeonjun sonrió y se adentró en la casa del rubio, dejando las bolsas en la mesa del centro abrazando a su novio de una manera correcta.

—Estoy bien ahora que te veo cariño, ¿Vamos a ir a tu habitación para ver películas? Deje mi bolso con mi ropa en la puerta, debo ir por él.

Beomgyu corrió por el bolso de su novio para que no viera sus mejillas sonrojadas al máximo. Pero Yeonjun lo notó, aunque decidió no decir nada.

Juntos caminaron en silencio hasta la habitación del rubio mientras Yeonjun cargaba con todo mirando el trasero de su novio cubiertos por el fino short café junto a aquella camisa de cuadros que le llegaba un poco arriba del trasero. El pelinegro no podía evitar mirar a su novio porque era demasiado hermoso, con sus piernas desnudas y largas, aquella cola a rayas que se movía de un lado a otro.

—Voy por unos refrescos, el control de la televisión está en el primer cajón del buró Yeonjun, pon alguna película.

Yeonjun obedeció a su novio el cual caminó fuera de la habitación en silencio. El pelinegro buscó el control y lo encontró junto a una cajita de pastillas anticonceptivas, Yeonjun sonrió en grande y tomó ambas cosas comenzando a acomodar todo para recostarse en la cama y poniendo una película. El mayor olfateó el aire dándose cuenta de que su novio estaba en celo y que su tigre y él eran demasiado orgullosos como para pedirle ayuda.

30 Days of Smut Challenge 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora