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Yeonjun pelinegro, Beomgyu peliplata

Después de haber hecho la sesión de fotos, Yeonjun se internó en su oficina mientras Beomgyu despedía de la casa del azabache al fotógrafo y a la estilista.

—Oye, ¿Puedo pasar?

Yeonjun levantó la mirada observando aquel peligris que hacía que su corazón saltara en su pecho.

—Claro que sí, adelante.

Beomgyu miró la oficina de Yeonjun, toda ella era de colores obscuros, sencilla como Yeonjun. El peligris se paseó por el lugar sintiendo la mirada del CEO en él, había decidido que usaría su mejor ropa después de la sesión de fotos y ahora se encontraba usando una camisa gris fajada en un pantalón negro de vestir que resaltaba su culo.

—Tu casa es demasiado sencilla, nada de color y...

—Beomgyu, ven aquí.

Beomgyu tragó pesado porque, aunque ese era su cometido al vestir así, tener algo de intimidad con Yeonjun no había esperado que el azabache respondiera tan fácil. El mayor caminó hasta posarse detrás de Yeonjun girando su silla negra hasta que quedaron cara a cara, Yeonjun tomó la parte trasera de los muslos de Yeonjun y lo sentó en su regazo con las piernas al lado de su cadera. El pelinegro debía elevar la cabeza para observar a su chico, pero eso no le importaba.

—Yeonjun, sé que dije que nada de sexo, pero...

—Shh Gyu, sólo disfruta ¿De acuerdo?

Beomgyu asintió y recibió gustoso la boca contraria, sus labios moviéndose con sensualidad, su regordetes labios siendo chupados y mordidos por Yeonjun mientras sus caderas eran acariciadas por las grandes manos de Yeonjun.

El peli gris no estaba acostumbrado a esas sensaciones que le brindaba Yeonjun, por lo general él era el que se encargaba de brindar esas sensaciones a su pareja por lo que ahora se encontraba sumamente desconcertado y sin saber qué hacer.

Las manos de Yeonjun abrieron la camisa de Beomgyu, botón por botón revelando el acanelado pecho del peli gris, deleitándose con la calidez de la piel de Beomgyu contra sus dedos. Yeonjun sacó la camisa completamente antes de deshacerse de la suya, sabía que Beomgyu estaba un poco perdido al igual que la primera vez por lo que él se encargaría de hacer sentir bien a su chico. Ambos torsos desnudos se encontraron cuando las manos del menor jalaron de las caderas de Beomgyu para besarse, sintiendo pecho contra pecho y sus corazones latiendo erráticamente.

—Yeonjun

A Yeonjun le encantaban los sonidos que salían de la boca de su menor, eran eróticos y hacían que su pene se endureciera. Beomgyu sintió aquella dureza contra sus nalgas y comenzó a restregarse en ella, moviendo sus caderas de atrás adelante. Yeonjun gimió bajito y comenzó a trabajar el pantalón de su chico para deshacerse de él. Beomgyu se levantó poco antes de que Yeonjun lo hiciera también y ambos se sacaron sus zapatos, pantalones y ropa interior.

—Gyu, contra el escritorio, boca abajo.

Beomgyu obedeció gimiendo bajito cuando su cuerpo toco la fría superficie, Yeonjun se hincó frente al culo de Beomgyu separando las nalgas con sus manos, y lamiendo una franja desde las bolas de Beomgyu hasta su entrada, repitiendo el proceso un par de veces antes de besar la fruncida entrada, sus labios succionando el apretado anillo de músculos escuchando los jadeos de su menor. La lengua hábil de Yeonjun se abrió paso en el interior de Beomgyu sintiendo las cálidas paredes apresar su sinhueso comenzando a mover su cabeza para penetrar a su mayor el cual puso una de sus manos el los cabellos azabaches empujándolo más cerca de él.

—Yeonjun, sigue así, mgh.

Yeonjun sacó su lengua y uso uno de sus dedos para penetrarlo, metiéndolo hasta el nudillo sacándolo y volviéndolo a meter de golpe, curvándolo hasta dar con la próstata del menor la cual encontró y fue recompensado por un gemido grave y fuerte. La mano de Yeonjun se movía con velocidad penetrando al menor quien se dedicaba a gemir sintiendo su orgasmo formarse rápidamente. Yeonjun sintió como la entrada de Yeonjun lo apretó más y sacó su dedo escuchando el gemido de frustración del menor.

—Aún no Gyu, date la vuelta.

Beomgyu aún estaba un poco atontado por la excitación, pero aun así obedeció y se dio la vuelta, su pene erecto quedando en la cara del mayor el cual tenía las mejillas rojas, los labios hinchados y los ojos brillosos.

—Wow Yeonjun, te ves genial desde esa posición.

Yeonjun sonrió inocentemente. — ¿Te gusta? ¿Quiere follarme la boca?

Al peli gris se le hizo agua la boca cuando escuchó al menor hablar sucio, pero con un tono de voz infantil, Beomgyu asintió y Yeonjun tomó una de sus manos guiándola hasta sus cabellos para luego abrir su boca en una O perfecta, esperando por su mayor.

Beomgyu no se hizo de rogar y con ímpetu comenzó a penetrar la boca del mayor, mirando como su pene entraba y salía por completo de la boca rosada de Yeonjun. El azabache tenía garganta profunda y no se quejaba cuando le metía todo su miembro, sus ojos tenían lágrimas en ellos, pero lo tomaba todo sin rechistar.

—Yeonjun, chúpame fuerte y mírame, quiero correrme en tu cara. — Yeonjun hizo lo que su menor le pidió, pero se alejó cuando la polla de Beomgyu se hinchó en su lengua, dejándolo a punto de tener su preciado orgasmo.— Mierda Yeonjun, ¿Por qué no dejas...?

—Espera, aún falta. — Yeonjun se puso de pie y tomó las caderas de su menor, doblándolo sobre el escritorio con violencia, un gemido gutural salió de los labios en forma de corazón del menor, disfrutando un poco de la rudeza del menor. Yeonjun tomó su pene y lo colocó entre las nalgas del menor.— Gyu cierra las piernas y apriétame.

Beomgyu hizo lo que le pidió el mayor sintiendo el pene del mismo resbalar entre sus piernas, como si lo penetrara. Yeonjun se restregó con fuerza antes de separarse de golpe, masturbándose con fuerza y alineando su pene en la entrada del mayor, botando su semen con un gemido fuerte justo en la entrada del mayor, el cual jadeo ante la sensación del caliente liquido resbalando por la división de sus nalgas.

—Oh Dios Yeonjun, ¿Ya te corriste? —Preguntó Beomgyu con un deje de burla. — Pensé que no eras tan preco-¡ÓZ!

Yeonjun soltó una carcajada siendo interrumpida por un gemido cuando sintió las paredes apretadas y calientes apretar su miembro. Beomgyu sintió ardor cuando Yeonjun continuó entrando hasta que su pelvis chocó con el culo redondo de Beomgyu. El semen de Yeonjun ayudaba a la penetración, pero los apretados músculos de la entrada de Beomgyu lo dificultaban un poco.

—¿Qué decías?

Se mofó Yeonjun y sin esperar respuesta retrocedió todo el camino hasta salir completamente, volviéndose a enterrar a un ritmo constante. Beomgyu tenía lágrimas corriendo por sus mejillas gracias al ardor que fue superado por el placer que lo golpeó cuando Yeonjun golpeó su próstata.

—¡Oh Dios Yeonjun justo ahí!

Yeonjun tomó fuertemente las caderas de Beomgyu, también tomó la pierna derecha del mismo y la subió doblada al escritorio teniendo un mejor ángulo para golpear el punto dulce del peligris. Las penetraciones eran duras y constantes, las respiraciones de ambos eran erráticas, combinaban con el sonido de las pieles chocando.

—¿Te quieres correr Gyu?

Beomgyu asintió frenéticamente.— Vamos Yeonjun, hazme venir, jódeme fuerte y ¡OH SÍ! Más, más Yeonjun.

El azabache sonrió y decidió que no jugaría más con su chico, su vientre se contrajo y tomó la erección del peligris en su puño, masturbándolo con un ritmo rápido, haciéndolo explotar en cuestión de segundos mientras él mismo tenía su propio orgasmo, llenando el interior del menor con su esperma. Ambos se dejaron caer el mayor contra el escritorio y el mayor sobre su menor. La respiración de Yeonjun le hacía cosquillas en el cuello del peligris. Cuando ambos se recuperaron Yeonjun salió de Beomgyu gimiendo leve por el roce girándolo para poder besarlo correctamente, ingresando su lengua en la cavidad bucal del menor.

—Beomgyu, espero que de verdad te quedes conmigo. —Dijo Yeonjun cuando se separó del beso. Beomgyu no pudo mirar a los ojos al mayor cuando se separó de él.

La incomodidad formándose en el ambiente cuando el menor simplemente sonrió y tomó su ropa saliendo rápidamente de la habitación sin mirar atrás.

—Lo siento Yeonjun, pero Hyunjin tiene mi corazón. —Murmuró Beomgyu creyendo que nadie lo había escuchado, pero el pelinegro había salido a buscarlo y había escuchado perfectamente lo que murmuró el menor. Yeonjun sintió su cuerpo arder en rabia por lo que corrió a cambiarse para poder hablarle a su buen amigo Wooyoung.

30 Days of Smut Challenge 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora