30 Days of Smut Challenge 《Yeongyu》

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Yeonjun peliazul, Beomgyu pelinegro

—Estúpido calor.— Murmuró un hermoso pelinegro saliendo de bañarse, ésta era la segunda vez que tomaba un baño rápido y apenas eran las 3 de la tarde, el calor que estaba haciendo ese día era insoportable para Beomgyu y para acabar de arruinar su día, SU Yeonjun había tenido que ir a la escuela por sus resultados del semestre y lo había dejado solo.— Pues ahora estaré desnudo, a la verga.

Beomgyu se despojó de su toalla y se lanzó a su cama, acomodándose entre las almohadas y abriendo su teléfono y buscando algún vídeo para ver. Beomgyu estaba aburrido, ya se estaba aburriendo no tenía nada entretenido para ver por lo que decidió meterse en su galería para borrar algunos de los elementos en ella puesto que su teléfono le estaba avisando que no tenía espacio.

El pelinegro estaba viendo los videos, pero se topó con un video que tenía la pantalla negra por lo que decidió que era buena ponerlo para ver qué es lo quera, lamentablemente esa había sido una muy mala idea puesto que lo primero que escuchó fueron unos gemidos fuertes y graves. Beomgyu conocía esa voz a la perfección, era su hermanastro, él lo sabía puesto que había escuchado a su hermano follar a varios chicos y chicas, había escuchado la voz de su hermanastro cambiando al paso de los años, la había escuchado cuando se masturbaba con su voz aguda de puberto hasta la voz varonil y grabe que tenía ahora.

Beomgyu no sabía por qué estaba ese video en su teléfono y no quería sábelo en realidad, él quería borrarlo y hacer como si jamás hubiera escuchado eso, era suficiente tener un crush con su hermanastro como para agregarle que ahora no quería borrar ni dejar de escuchar ese video.

—Esto es malo, muy malo.— Murmuró Beomgyu subiendo el volumen del video y acomodándose mejor en su cama, observando su erección sin saber si masturbarse o dejarlo pasar.— Mierda, estúpido hyung caliente.

El pelinegro tomó una almohada grande y la acomodó a su lado poniéndose sobre ella con su erección acomodada entre su estómago y la almohada comenzando a frotarse en ella.

Por otro lado, un hermoso y alto peliazul estaba entrando a su apartamento, suspirando con decepción al no encontrar a su hermanastro en la sala, Yeonjun caminó hasta la habitación de su menor deteniéndose abruptamente al ver a su niño recostado sobre una almohada moviendo su pelvis con rapidez soltando gemidos agudos que no se escuchaban al tener su cabeza escondida en la cama.

—Ah hyung. — Yeonjun frunció el ceño. ¿En quién piensa? Se cuestionaba el mayor escondiéndose detrás de la pared cuando Beomgyu rodó poniendo su cabeza contra las almohadas en la cabecera tomando su miembro con su mano derecha mientras la otra tanteaba su entrada rosada con sus dedos que estaban brillosos.— Mierda, ah.

A Yeonjun se le formó una erección por observar al pequeño Choi con sus piernas abiertas acariciando su polla y metiéndose dos dedos, moviéndolos con fuerza y rapidez. El peliazul observó a Beomgyu desde sus pies lindos, las piernas gruesas y torneadas sumamente musculosas, subiendo por su entrada que ahora debía estar abierta, su culo que era pequeño pero firme, su cintura diminuta, sus abdominales marcados y su pecho fuerte con dos botones obscuros, sus clavículas marcadas y su cuello grueso. Todo Beomgyu era una obra de arte que Yeonjun quería contemplar todo el día, el peliazul quería contemplar la mandíbula marcada de Beomgyu, sus labios finos y rosados, sus ojos brillosos, su cabello azabache revuelto el cual Yeonjun quería jalar y estrujar.

—Yeonjun.

Eso fue suficiente, Yeonjun se adentró en la habitación sin hacer ruido y sin cerrar la puerta puesto que ellos dos vivían solos desde hacía ya 5 años. Jun se despojó de su camisa roja arrojándola al suelo despreocupadamente, se subió sobre su menor asustándolo, los ojos temerosos de Beomgyu lo observaban atentamente.