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Yeonjun Rubio, Beomgyu Pelinegro

Luego de la intensa sesión de ejercicios podía retirarse al departamento que compartía con los otros miembros, por fin podría ver a su lindo azabache y podría besarlo como tanto añoraba. Había estado ejercitándose para tener algo que hacer ya que su hermoso novio había salido con su amigo Hyunjin luego de la presentación de su canción Can't You See Me, los celos era algo con lo que debía de lidiar ya que su novio era demasiado amistoso con todo el mundo.

-Es su don y mi maldición.- susurró Yeonjun mientras se subía al auto que lo llevaría a su hogar. Después de un corto viaje a su hogar el rubio se adentró en el lugar, suspirando sonoramente al descubrir que su novio aún no llegaba.- ¿En serio es más importante pasar el día con su amiguito que con su novio?

Beomgyu vio a su novio entrar al edificio antes de que él bajara del coche de su amigo castaño.

-Me gustó mucho pasar la tarde contigo, Hyunjin. Espero podamos volver a vernos.- Dijo antes de bajarse sin esperar respuesta. Había estado pensando en su hermoso novio desde que terminaron de cenar y ahora que lo veía no podía esperar para besarlo y estar con él.

Corrió hasta el ascensor y presionó el número 7, espero pacientemente mientras mordía su labio ansiosamente. Al llegar, corrió hasta su puerta y la abrió, cerró al entrar dirigiéndose a la cocina.

"Salimos a cenar ya que ustedes dos estarían ocupados, cenen algo y no nos esperen despiertos. Atte. Su amo Taehyun."

Leyó el pelinegro la nota que su menor había dejado para los dos, bebió un poco de agua y se encaminó a su habitación que compartía con el otro. Al entrar escuchó el agua en el cuarto de baño correr y sonrió maliciosamente.

Se maquillo un poco y puso un poco de labial sabor fresa en sus labios, sacó un hermoso conjunto rojo con negro de su armario. Se quitó sus zapatos junto a sus calcetines para luego bajar sus pantalones con todo y bóxer, se puso la pequeña pieza de tela femenina para luego poner las medias negras de encaje, abrochó el liguero a las medias para luego proceder a quitar su chaqueta y su camisa. Se colocó el arnés negro para darle el último toque y un pequeño choquer rojo en su cuello el cual tenía una argolla al centro que conectaba con una cadena plateada larga.

Se recostó en la cama y esperó pacientemente hasta que el mayor salió del baño.

-Estúpido shampoo de Beomgyu que huele a fresa y me hace querer masturbarme y...- Las palabras se quedaron atascadas en su garganta al ver a su novio recostado en la cama viéndose increíblemente sensual.

-Beomgyu, carajo, estoy enojado contigo no puedes venir y hacer este tipo de cosas.- La voz del rubio sonó débil, su miembro comenzaba a tomar dureza al imaginar cómo pondría a su hermoso novio, todas las posiciones, los gemidos inundando la habitación, el sonido de sus pieles chocando con fiereza. Tragó pesado y bajó la mirada a su entrepierna cubierta con la toalla negra.

-Junnie, estuve pensando toda la tarde en ti, en tus besos, tus brazos y en otras cosas más abajo.- Dijo mirando la tienda de campaña formada en la entrepierna de Yeonjun. Una sonrisa perezosa se formó en los labios del pelinegro, comenzó a pasar su mano por su cabello brillante, bajando por su cuello, pasando por sus clavículas hasta llegar a su pecho.

El rubio se había quedado como piedra al ver lo que hacía su menor sin poder creerlo.- Realmente he pensado demasiado en todo lo que podríamos haber hecho Junnie, pero hace mucho tiempo no veía a mi amigo.- Continuó bajando su mano hasta tomar uno de sus oscuros pezones entre su índice y pulgar derechos, gimió bajito al sentir el calambre de excitación bajar hasta su entrepierna. "Junnie~" gimió el pelinegro retorciendo entre sus dedos su pezones, sus ojos estaban cerrados, el rubio no pudo más y caminó hasta su amado.

30 Days of Smut Challenge 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora