Parte 2- K

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5:00 am y conciliar el sueño se me hacia imposible, con tantos pensamientos tormentosos mi tranquilidad se había esfumado. Recostado en el piso de mi cuarto con parte de la cama detrás de mi cabeza, no paraba de pensar obsesivamente sobre si estaba corriendo peligro aquí en Saluzzo. Con diecisiete años la sentencia de muerte la tenia asegurada casi, ninguna persona quisiera estar en el lugar que me tocaba, tenia el destino marcado era casi imposible de remediar y tampoco estaba seguro de querer hacerlo.

Con anterioridad había recorrido incontables ciudades de toda Italia y sus alrededores, al no sentirme lo suficientemente seguro, había probado esconderme en capillas e iglesias pero por supuesto que muchas personas no se encontraban dispuestos en ayudar a un extraño, lo que significaba un riesgo que no podía correr, y si debía asesinarlas no dudaría. en el ultimo lugar en donde había vivido, se encontraban buscándome y no era para charlar obviamente-, así que había decidido alejarme lo mas rápido posible en búsqueda de nuevas opciones.

Desesperado por un nerviosismo incontrolable, sentía que me estaban siguiendo y mis pies me rogaban que caminara un poco mas, mis manos temblorosas me parecían insoportables.. Cuando de pronto me tope con un acceso vidriado, en una pequeña librería algo desmejorada. No había nadie en el interior del local, así que había decidido tocar el timbre, de pronto una pequeña figura femenina se había aparecido ante mi, me observaba perpleja desde el otro lado del mostrador. Titubeo varios minutos antes de que decidir atenderme. 

No tenia tiempo que perder y necesitaba por todos los medios que me dejase entrar o podría convertirme en "hombre muerto". Juro que podía sentir a distancia su nerviosismo, acaso sospechaba de mi? -no, si nunca nos habíamos visto antes-. Después de un momento abrió lentamente la puerta, solo lo necesario para que pudiera escucharla: "disculpe, pero ya esta cerrado" Su voz era temblorosa, como si dudase de lo que me estaba diciendo y a pesar de que tuviera su vista clavada en el cual cual flecha, podía el verde tan intenso y penetrante de sus ojos.

La imagen de verla desmoronarse frente a mi, se repetía una y otra vez como una película de terror, me sentía culpable por haberla presionado para que atendiera mi pedido en ese momento, quizá se encontraba enferma o no quería hacerlo.... pero como iba explicarle que urgente el que me dejara pasar.. obviamente que no estaba dentro de las posibilidades comentarle que ante sus ojos había un delincuente tratando de esconderse para que no lo asesinaran casi merecidamente. Algunas personas solían decirme que era el primogénito de satanás , y no era por mi si no por el loco de mi padre, aunque no siempre había sido de esa manera, tenia algunos buenos recuerdos con aquel hombre.

Mi niñez se había retorcido hacia tiempo, entre disparos y amenazas, recordaba que por estrictas ordenes de mi padre tenia que presenciar ese lado crudo del mundo. El se había dedicado a la delincuencia desde que yo tenia mis primeros recuerdos y lastimosamente mi madre no había aguantado aquella situación de constantes miedos y extrema violencia, por lo que había optado por abandonarnos por mi parte, no podía culparla porque su salud se encontraba bastante deteriorada por años de constante estrés. 

Por supuesto que mi padre no dejaría que me llevara con ella, el tenia otros planes para mi vida, como arruinarla completamente. Yo era una triste consecuencia de todo aquello, pero al mismo tiempo sabia que era lo que llevaba en mi ADN, se me hacia común el estar viviendo entre mudanzas constantes y algunos en nuestras identidades, pues es que el señor Witesan(mi padre) era uno de los mafiosos mas buscados y su cabeza tenia precio.

Escabullirme durante las oscuras noches siendo un pequeño niño eran de mis actividades favoritas, creía en ese momento que jugábamos escondidas, al menos eso era lo que me hacían creer -"hijo es hora de jugar y el que consiga el mejor escondite será el ganador"- Desde que comprendí todo lo que en verdad estaba pasando mi perspectiva cambio. Cinco veces al año cambiábamos de vivienda, vehículo e identidades, había perdido la cuenta de todos los nombres que había usado, tristemente había momentos en que por poco olvidaba mi verdadero nombre: "No lo olvides eres kellam", dudar de mi mismo se me había hecho costumbre.

Sacudiendo mi cabeza fuertemente pude alejar esos pensamientos que perturbaban mi interior, mientras miraba mi teléfono celular por decima vez en el día me percataba que no tenia ningún mensaje nuevo, estaba esperaba que aquella chica respondiese algunos de mis mensajes. Seguramente se sentía avergonzada por aquella situación, no podía evitar que el sentimiento de culpa que recorriera mi mente. finalmente me decido por examinar el libro de cocina que había comprado ese día, Me resultaba gracioso porque verdaderamente yo no tenia ninguna habilidad de cocina, fue lo único que se me había ocurrido en ese momento para que me abrieran la puerta, en mi mente juraba que estaban siguiendo mis pasos, pero aquel día mi intuición había fallado. Es que tantos años escapando de una muerte casi segura me estaban pasado factura, no estaba preparado para morir aun, sabia que una parte de aquel final lo tenia merecido pero por otra parte me habían arrastrado a todo aquello.- de pronto sonó mi teléfono-.

**-ok**

¿De acuerdo?.. que era ese mensaje, la chica de la librería me había devuelto el mensaje, realmente fue un momento confuso, no entendía que habia querido decirme, pero tampoco pensaba preguntar, que significaba ok?, que se encontraba bien? que no quería que le enviara mensajes? realmente me dejo casi sin saber que responder, supongo que no habia nada que responder, mi cabeza daba muchas vueltas. Necesitaba un respiro y necesitaba despejarme de todo. habia decidido inscribirme un semestre en una escuela local para no sembrar sospechas en los vecinos, ya era bastante extraño de ver un adolescente solo en una vivienda sin adultos responsables y regresando en altas horas de la noche. era un vecindario muy tradicional también diría que muy unido, donde cada habitante conocía la vida de cada uno de nosotros a todo detalle.

Me dirigí tranquilamente hacia el balcón de mi apartamento, reposando mis brazos contra los barandales metálicos mientras me recorría un escalofríos por todo el cuerpo. Aquella era una noche estrellada y la luna se veía completamente hermosa ,pensaba tomarme todo el tiempo del mundo para contemplar aquella noche detalladamente.

SALVATIOWhere stories live. Discover now