Capítulo 7- Cosas de mafiosos*

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-Aaah... Maki- Una dulce voz haciendo eco en mi conciencia. Ojos azules, oscuros, y esa forma suave de gemir. Su pelo siempre tan prolijamente peinado se desordenaba con cada brusco vaivén, aquella expresión casi siempre serena, tan tranquila y amable ahora era consumida por el placer y se deshacía en el éxtasis del sexo duro y obsceno.

Me hubiera encantado seguir soñando con la primera vez que lo hice con Sawa pero un maldito rayo de sol que se coló por mi persiana golpeó directo en mis ojos haciéndome despertar por la molestia.

-Ugh...- Gruñí, revolviéndome entre las sabanas. Ya de mal humor, estiré el brazo para tomar mi celular de la cabecera de la cama. Cundo vi la hora, exploté. -¡¿YA SON LAS NUEVE?!- Me levanté de un salto, rabioso hasta la médula, abrí la puerta de mi cuarto de una patada -¿¿¡¡QUIEN ME APAGÓ LA ALARMA DEL CELULAR!!??- Tras eso varios de los muchachos salieron al corredor, el primero en dar la cara fue Kou, recién levantado se rascaba la pansa mientras bostezaba despreocupadamente, sonriendo en cuanto me vio.

-Buenos días Makichi...- Le di un puñetazo en el estomago antes de que pudiera terminar de hablar. Arrodillado de dolor se aferraba a su estomago gimiendo como un perro lastimado.

-¿¡Por qué no me despertaste maldito inútil ?! ¡¿Y quien es el bastardo que apaga mi alarma?!- Todos me miraban consternados pero ninguno se atrevía a emitir un solo ruido.

-Pero Makichian si hoy es...UHG- Coloqué mi pie sobre la cabeza de Kou y la oprimí contra el piso de madera.

-¿¡Quien te dio permiso para hablarme?! ¡Por tu culpa no voy a llegar ni a la tercer hora!-

-Lo siento- Lloriqueaba el perro de mierda, rogando piedad con la mirada.

- Hoy no tienes clase... Es sábado- Comentó Takeshi pasando de largo, y así de tranquilo siguió su camino hacia el comedor con una taza de café en la mano.

-Ah es sábado...- Me tranquilicé de golpe al recordar que los sábados no había clases, así que tenía todo el día libre. -¡Díganle al viejo que voy a salir!- Grité pasando por encima del cuerpo de Kou pisándole toda la espalda y la cabeza en el proceso.

-¡¡Makiiiiii!!-

Ignorando por completo los lloriqueo del imbécil, me fui directo al baño para aprontarme. Una ducha rápida y un cambio de ropa después, estaba listo para salir. Los muchachos me increparon, queriendo saber a donde me dirija tan arreglado y apurado, pero como ese no era su puto problema no les dije nada. ¡Y que se fueran a la mierda! ¡Aun no me olvidaba lo de la alarma!.

Unos treinta minutos después me encontraba frente a la puerta de la casa de Sawa.

-Maki ¿Como estas? Que sorpresa, ven pasa- Me recibió la mamá de Sawa con una sonrisa y un beso. 

-¡Hola suegri! ¿Esta Sawa?- Le cuestioné, entrando como si fuera mi propia casa, mirando hacia todas partes, buscando alguna señal de él.

-No esta, se fue a hacer las compras al supermercado pero no debe tardar mucho ¿Ya comiste? ¿Por qué no lo esperas con unos ricos bollos de merengue?- Antes de que pudiera aceptar ya se estaba yendo a la cocina y volviendo con una bandeja llena de deliciosos bollos. La suegra sabía como sobornarme.

-Si no es molestia- Me eché sobre la silla del comedor estirando las piernas por debajo de la mesa.

-Por supuesto que no, es un placer que vengas, siéntete como en tu casa... ¿Me esperas mientras preparo un poco de té?-

A mi no me iba mucho el té que digamos pero con tal de ganarme su simpatía...

-¿Y donde esta el suegrito?- Pregunté curioso, notando que ella era la única en casa.

"Delictiv-Boy" [yaoi] (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora