Especial: Mi amado delincuente. Parte 1

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Nací y crecí como el hijo de un asalariado y una ama de casa, un niño que nunca destacaría en nada, que nunca haría nada importante o heroico. Creí que llevaría una vida de lo mas normal y aburrida. Pero eso era lo que esperaba después de todo, nunca tendría que sufrir ningun tipo de emoción fuerte, mi vida sería monótona, constante, sin riesgos. Mi perfecta vida pacifica... 

Era todo lo que deseaba, al menos hasta que conocí a esa persona. 

Mi verdadera historia comienza cuando, a mis 16 años de edad, mi padre fue transferido a otra ciudad por causa de su trabajo, así fue como mi familia y yo comenzamos nuestra nueva vida en aquella gran y caótica ciudad. 

Aunque fuera un enorme cambio, y los cambios me pusieran nervioso, traté de sobrellevar toda esta experiencia con el mayor positivismo  que mi carácter simple podía brindarme. 

Cosas positivas: La nueva casa se encontraba en un barrio muy tranquilo, lejos del centro de la ciudad. 

Cosas negativas: El liceo donde me había transferido quedaba al otro lado de una "zona fría", así llamaban a los sitios específicos donde se juntaban los delincuentes de la ciudad.

Por supuesto yo no sabía esto cuando me mudé. Por eso en mi primer día de clases decidí tomar el camino mas corto para llegar puntual al colegio. 

-Si no me apresuro voy a llegar tarde, voy a llegar tarde mi primer día- Concentrado únicamente en mi puntualidad no me di cuenta de mi entorno, ni lo peligroso que se veía el lugar en el que me estaba metiendo. Comencé a correr, cargaba mis libros entre los brazos, y de esa forma, descuidadamente tropecé con otra persona.

-¿Se te perdió algo?- Interrogó de mala gana aquel hombre con aspecto de criminal con el cual me había pechado. 

-Lo, lo siento, fue mi culpa, no me fijé por donde iba- Le expliqué, casi temblando bajo su mirada asesina, mientras intentaba no hacer contacto visual y recoger mis libros del suelo. 

-¿Crees que esa patética disculpa me alcanza? ¡¿Acaso estas buscando pelea pequeño bastardo?!- Gruñó, pisando mis libros y casi mi mano si no la hubiera corrido a tiempo. Mi inquietud rápidamente se convertía en temor mientras recogía mis textos repitiéndome a mi mismo que debía irme cuanto antes de allí. 

  -No, yo...- Mi voz temblaba al igual que mis manos, no sabía que hacer. Y uno de mis patológicos ataques de pánico amenazaba con salir en cualquier momento si no lograba tranquilizarme. 

  -¡¡Te hice una pregunta!!- Me sujetó brusca y repentinamente del cuello de mi chaleco, haciendo que se me cayeran los lentes que traía puestos. Me alzó al punto que mis pies no tocaban el piso.

Con esta complexión pequeña, delgada y débil, ademas de que sin mis lentes tampoco podía ver muy bien, era fácil darme cuenta de que mis posibilidades de salir de esto en una sola pieza eran menos que escasas. No podía luchar, no podía defenderme y no podía escapar. 

-¿Eh?...- Aquel hombre se quedó mirándome detenidamente. -¡¡Chicos vengan aquí!!- Llamó a sus compañeros, se habían mantenido al marguen de la situación hasta ese momento, observando todo el espectáculo a distancia. 

  -¿Que pasa? ¿No puedes con un niño de secundaría? jajaja- Se burló uno de ellos mientras se nos acercaba. 

-¡¡Cállate pedazo de mierda!! ¡Vean! Este tipo...-

-¿Mnh?- Los otros dos se me quedaron mirando raro al igual que el primer sujeto. 

Comenzaba a faltarme el aire. Si querían darme una paliza nadie los detendría, pero no era eso lo que yo mas temía. 

"Delictiv-Boy" [yaoi] (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora