Especial: Mi amado delincuente. Parte 4

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//Este capitulo contiene un par de notitas mías, no les den corte, es que me aburro y no soy normal//


-Siguiente... Sarumi Sawa- Me incorporé de mi pupitre al tiempo que escuchaba a la profesora pronunciar mi nombre. Comencé a recitar el tercer párrafo del poema que estábamos estudiando para la clase de literatura. Intentaba calmar esa ansiedad sofocante de ser presa de las miradas, y foco de atención, de mis compañeros.

-"La nieve que se derrite con el fulgor de la primavera esconde en sus profundidades las hermosas flores que esperan para florecer. Del momento mas difícil y doloroso, de la tortuosa soledad algo precioso quiere nacer. Aquel que no aguarda con paciencia, que desconoce lo que la espera es, corromperá sus esperanzas y las perderá cual amor cruel. En ese instante, tu, ciego amante impulsivo, te has dejado vencer...

Y al final solo te quedará sentarte a verte perecer"-

...


Unos días después...

-¿Como se lee esto?-

-Déjame ver... "Resquebrajar"-

-"Res... que... Resquebrajar"-

-¿Puedes usarlo en una oración?-

-Te voy a resquebrajar la cara-

-¡No puedes usar esa frase para todas las palabras que aprendes!-

-Hummp...- Produjo aquel sonido a modo de queja, acompañado por una mueca de disgusto. Podía ser tan terco cuando se lo proponía.

Brillaba radiante el sol, en la cumbre de un cielo completamente despejado, de rostro veraniego y matices celestes que susurraban aquella dulce y suave brisa sobre el techo donde nos habíamos ubicado para estudiar. Realizaba algunos ejercicios que me habían mandado del liceo mientras intercalaba mi atención para ayudarle a Kil con su lectura fluida y su corrección en la escritura. En aquel momento, dentro de esa cálida mañana, solo nosotros dos, la vida se me pintaba de nulas preocupaciones, prometiendo un eterno y pacifico, un ilusorio, futuro para ambos.

Tonto, ingenuo de mi, al no darme cuenta que esta es solo la calma que antecede a la tormenta.

-Ahora trata de leer el siguiente párrafo- Le pedí, pasando con la yema de mis dedos la siguiente hoja del cuaderno que él sostenía entre sus manos.

Pocos días habían pasado desde cierto accidente, que nos involucraba a Kil y a mi. Aun no había encontrado el momento adecuado para tratar aquel tema. Kil continuaba actuando como de costumbre, como si nada hubiera sucedido, y a mi subjetivo parecer lo hallaba un poco mas cómodo y relajado con mi presencia. Sin deseos de estropear ese milagroso y delicado clima, opté por guardarme mis dudas e inquietudes, al menos por unos días mas.

Kil leía en silencio, concentrado en su texto no se percataba de mi enajenada mirada. Casi que lo espiaba por el rabillo de mis ojos, disimulados por mis enormes gafas. Fumaba su, tal vez, primer cigarrillo del día. Era lamentable como, debido al estrés, había recaído en su vicio. Pero yo no era nadie para juzgarle, y pensando en ese tipo de cosas me olvidé de mi mismo y de la forma penetrante en la que me le había quedado observando.

-¿Que? ¿Quieres una pitada?- Cuestionó, ofreciéndome de su cigarro, pensando seguramente que era eso lo que capturaba mi completa atención y no la forma en que se lo colocaba entre los labios.

-N,no, no gracias, yo no fumo- Desvié rápidamente la mirada intentando ocultar mi notorio sonrojo.

-Eso es bueno. Fumar es caro- Retiró su cigarrillo, regresándoselo a la boca y en su lugar me alcanzó una botella de agua.

"Delictiv-Boy" [yaoi] (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora