Capítulo 23- El otro Sawa. Parte 1

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~Sawa~

Todos guardamos algún fantasma escondido bajo la cama, sombras siguiendo nuestras pisadas.

Mi fantasma acecha en la oscuridad de mi ensoñación, con el rostro de un perro monstruoso, en lo profundo del pozo de mi mente de donde no puedo escapar. Escucho los aullidos hambrientos y tiemblo de miedo sumido en una terrible sensación de muerte, por último mientras el miedo me deja paralizado frente a las fauces del monstruo, por mis pequeños dedos se escurren gotas de tibia sangre. Pero aquella no es mi sangre...

"No eres una buena persona"

Y aunque queramos olvidar están ahí siempre, en alguna parte oculta de nosotros mismos esperando a que abramos los ojos.

Mi cuerpo se precipitó hacia adelante con abrupto erguir. Despertar de una pesadilla nunca era una sensación demasiado grata a pesar de haber regresado al resguardo de la realidad. Permanecí estático por un momento, jadeante, el sudor frío que recorría mi cuerpo me abatía. Examiné mi alrededor intentando comprenderme en el lugar donde actualmente me encontraba, me llevó mas que unos pocos segundos al notar la cabellera rubia de Maki sobresaliendo por entre las sabanas. Estaba en la Mansión Rijhiro, en la recamara de Maki. Allí me había dormido y allí mismo desperté, entonces todo estaba bien. Me detuve a contemplar aliviado, y mas clamado, el placido rostro de Maki durmiendo junto a mi. Me froté la nuca, suspiré agotado y volví a recostarme, acurrucándome entre sus brazos deseaba que aquel calor, los latidos rítmicos de su corazón y el mero toque de su cuerpo contra el mio me dieran una falsa sensación de protección, al menos para poder volver a cerrar los ojos.

-Maki- Pronuncie su nombre en el silencio absoluto del cuarto, y guarde en secreto aquel sentimiento de angustia y soledad para mi mismo, otra vez.

...

Unos días después.

~Maki~

-Te ves cansado- Comenté acomodando detrás de su oreja un mechón de cabello que le caía sobre la frente. Podía notar el agotamiento de Sawa, como si en los últimos días no hubiera estado durmiendo bien, también retenía la sensación, casi como una intuición, de que algo no estaba bien con él.

-Si, no dormí mucho anoche- Bostezó para luego rascarse los ojos, borrando de su rostro una lagrima somnolienta que amenazó con salir.

Intenté apartar mis impuro pensamientos de él y aquel gesto que lo hacia ver demasiado tierno, estaba fuera de lugar y no venía al caso, ademas de distraerme de lo que realmente importaba.

La fatiga de Sawa, una hora libre y no mucho que hacer nos había resignado a quedarnos en la clase, que gracias a la cercanía del almuerzo ahora estaba casi vacía. Me senté en el lugar de Sae frente al pupitre de Sawa, aprovechando que ella no estaba. Me limitaba en mi hastío y vagancia a jugar con su suave y azulado cabello, mientras él, con la cabeza recostada sobre la mesa, descansaba un poco.

-¿Pasó algo? ¿Por qué no puedes dormir?- Traté de no sonar demasiado preocupado, lo que no me costaba mucho en realidad. La falta de sueño de Sawa no era mi culpa al fin y al cabo, puesto que después de la visita a mi casa no habíamos tenido nada de tiempo para intimar.

-No es nada, solo tuve una pesadilla- Sonreía con una expresión desgastada. Pero esas ojeras no eran por "solo una pesadilla". Que hipócrita de su parte, luego de decir que yo me guardaba todos los problemas para mi mismo, ahora él hacía lo mismo. No eran ideas mías, definitivamente algo me ocultaba.

-¿De que trataba la pesadilla?- Debía indagar sigilosamente y como quien no quiere la cosa o de lo contrario terminaría poniéndose a la defensiva.

"Delictiv-Boy" [yaoi] (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora