Chapter 5

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Narrador omnisciente:

Y si, 6 años habían pasado...

6 años en los que aquella academia había sufrido y pocas veces reído de diversión.

Allen Hargreeves... o al menos, politicamente.

Aquel chico de ahora 16 años podía identificar muchas cosas en base a su poder, de no ser por los demás, diriamos que su poder era una completa fascinación para todos e incluso el más importante.

Radioactividad.

Allen tenía el poder de transmitir ondas intensas de radiación que en un minuto podían matarte. La radiación que transmitía era tan peligrosa que mataba a distancias innumerables.

Un gran poder que muchas veces igual fue una maldición.

Tuvo que pasar por muchos procesos, muchos que lo lastimaban, herían e incluso le sacaban sangre y le causaban ansiedad al no poder controlarla.

Muy pocas veces tuvo interacciones con sus "hermanos".

O al menos, eso decía reginald quien se encargaba de alejar a sus primeros hijos del ya nombrado chico.

No obstante, siempre pudo verle el lado bueno a las cosas.

O eso trataba...

—Podemos ir a jugar?.— preguntó hacia a su hermano de ojos rasgados. El chico solo lo miró. Para ben, allen era muy imprudente, molesto pero atento al final.

Siempre quería jugar con el, no entendía porqué. Ben amaba los libros y prefería leerlos en vez de jugar a los tontos juegos que los demás jugaban hacía muchos años atrás.

Incluido, allen... quien siendo el último adoptado no era incluido muchas veces en las escapadas, juegos o reuniones de los hermanos hargreeves.

Un tiempo tuvo la atención de Allison, incluso la de vanya.

Pero todos crecieron y como siempre le pasaba...

Se olvidaron de el...

—Estoy leyendo... además no quiero jugar, tenemos 16, allen... y realmente no quisiera ser duro contigo pero deberías madurar... ya no somos unos niños para que sigamos jugando como unos...— soltó el asiatico dejando en silencio al pelicastaño.

—Jamás salimos de esta casa, ben... el único lugar en el que jugué fue en el sotano cada que algo me salía mal... puedes jugar conmigo solo unos momentos? estoy aburrido.— pidió.

—No puedo, estoy ocupado... dile a klaus o a alguien más, a todos menos a mi...— cerrando su libro se marchó dejando a aquel otro adolescente en aquella biblioteca.

Los dientitos de allen se apretaron.

Por qué nadie quería jugar con el?...

Por qué nadie en sus 6 años de vida ahi adentro en la academia nadie había querido jugar con el?...

Negando tomó su pelotita amarilla. Era pequeña y de mano pero le serviría. Al pasar por el gran comedor hacia a las escaleras, escuchó el violín de vanya.

Sonrió de inmediato, aunque no le hablaban ya, tal vez ella pudiera distraerle un rato...

Al estar frente a aquella puerta abierta, sonrió.

Tocaba una melodía tranquila que por supuesto el conocía a la perfección. A pesar de su gran poder, allen era tan inteligente.

Un niño prodigio, en pocas palabras.

Nightclub 1960 de Astor Piazolla. Como buen argentino, Piazolla compuso este magnífico tango para cuerda y fue muy criticado por los tangueros de la "guardia vieja" por sus innovaciones en el ritmo, el timbre y la armonía del tango. Sea como fuere, es un gozo para los oídos que, además de animarte el día, puede dar al 'on' a tu modo pasional.— soltó el chico mientras la miraba con una sonrisa.

House Of Memories [Cinco Hargreeves & You] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora