Epílogo

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Dos años después

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Dos años después...

Por una vez, para Jasper y Levi, el futuro no parecía tan incierto, sino más bien un porvenir de algo ya planeado. Solo era cuestión de llevarlo a cabo.

Eran las vacaciones de verano del segundo año de universidad de Jasper y el primero de Levi. Jasper estudió leyes como siempre lo planeó y Levi, tras un año sabático para arreglar sus problemas personales y con su padre, encontró su pasión. Descubrió que lo que más paz le brindaba, aquello que disfrutaba y también le funcionaba como un escape, era la fotografía. Tenía un talento natural para esta y, por ende, fue su primera y definitiva opción para estudiar. Él decía que la fotografía era su manera de crear recuerdos longevos, puesto que por primera vez en mucho tiempo, quería conservarlos en lugar de escapar de ellos.

Tanta era su adoración por este tema, que lo usaron como excusa para aprovechar sus vacaciones y hacer un viaje por carretera a lo largo y ancho del país y tomar fotografías. Jasper siempre había disfrutado de viajar, y cuando vio lo feliz que esto haría a Levi, aceptó sin pensarlo. Sabía que cuando volvieran, enmarcarían las fotografías con las mejores memorias y con ellas decorarían su recién adquirido departamento.

—¡Sonríe! —exclamó Levi, tomando una inesperada foto con flash.

Jasper parpadeó varias veces, tratando de deshacerse de los puntos negros que nublaron su visión.

—Comienzo a pensar que quieres dejarme ciego.

Levi se carcajeó, viendo la fotografía en su cámara.

—Jamás me atrevería. Imagina no poder apreciar mi belleza —bromeó.

Jasper rodó los ojos, aunque una media sonrisa se formaba en sus labios. Volvió su atención al cielo nocturno sobre sus cabezas. Se habían detenido a mitad de la carretera, específicamente en un campo de pasto alto y muy alejado de la ciudad, permitiendo que se apreciaran las constelaciones en todo su esplendor. Se recostaron en el cofre del coche y simplemente se relajaron mientras Levi tomaba foto tras foto.

El viaje casi terminaba, en un par de días estarían regresando a Seattle y viajarían en avión a Groenlandia para visitar a Freya.

Freya había cambiado mucho en los últimos dos años, y aunque su excéntrica personalidad seguía presente en su alocado cabello ahora tintado en una escala de verdes y azules y en su ropa más libre y colorida que nunca, su vida tomó un gran giro en cuanto puso pie en su tierra natal. Formó una cercana relación con su padre, limó algunas asperezas con su madre y ella misma sanó. Sanó de los traumas del pasado y aprendió a amar, tanto así, que conoció a un chico que la traía absolutamente loca de amor.

Jasper sonrió al recordar esto. Feliz y aliviado de saber que Freya, su gran amiga y la chica que tanto cuidó, estaba mejor que nunca.

Giró la cabeza hacia Levi y lo miró con una sonrisa, tomando su mano que reposaba a centímetros de la suya. El también era muy feliz; estudiando la carrera de sus sueños, junto al chico que amaba y encaminándose a un futuro claridoso y prometedor.

Dos de Tres [No editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora