‼️KMG; Siglas de Kanto Manji Gang ⚠️ ¡Spoilers del manga!
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Un cansado jadeo escapó de sus labios, apretó con fuerza el mango de la Katana al mismo tiempo que su glabela se fruncia.
Su vista viajo de Takemichi a Kakucho, examinando a cada uno minuciosamente para cerciorarse de que ninguno haría un movimiento que le perjudicará.
—¿Esa es la katana, con la que mataste a Mucho? —Preguntó Kakucho, con una expresión de molestia plasmada en el rostro.
Sanzu sonrió divertido al ver la expresión de Takemichi, parecía muy asustado.
Relamió su labio inferior y apretó con fuerza la katana, indispuesto a contestar. Al notar que su pregunta había quedado al aire Kakucho decidió comentar algo más, pero sinceramente ya no prestaba atención a lo que decía.
Su expresión se mantenía calmada, sin emoción alguna. Sin embargo, en su interior sentía miles de sentimientos encontrados, esas palabras habían logrado afectarlo.
Desde el asesinato de Mucho jamás había comentado algo al respecto, cuando alguien a su alrededor lo mencionaba simplemente fingía desinteres y no prestaba atención. No quería pensar en ello, no más.
"¡Maldito traidor!"
Recordaba la ira que habia sentido al pronunciar esas palabras.
Aquella expresión en el rostro de Mucho cuando la katana atravesó gran parte de su pecho y abdomen jamás la olvidaría...
El temor reflejado en sus ojos al sentir la sangre brotar de su pecho sin control alguno.
"Lo merecía, ese maldito se lo merecía."
Eran las palabras que solía decirse asimismo para aliviar el dolor que aparecia en su corazón cuando aquel amargo recuerdo vagaba durante horas por su mente.
Se sentia traicionado, Mucho sabía todo lo que sufrio durante su niñez y parte de su adolescencia. Todo su dolor y rencor, algo que nunca había compartido con otra persona, lo habia hecho con Muto.
"Puedes pensar en mí como un hermano de verdad."
Le juro lealtad, lo admiro y respeto.
Grande fue decepción que sintió al descubrir que solo era una escoria más. Del mismo nivel o incluso peor que sus propios hermanos y amigos de la infancia.
Desde entonces jamás volvió a sentir aprecio por alguien, ni siquiera por Mikey.
No le importaba matar y deshacerse de todo aquel que fuera una rata traidora. No sentía remordimiento, después de todo, eso fue lo que hizo con la única persona a la que admiró y aprecio;
