♡┊20

192 36 9
                                    

El cansancio invadía cada célula de su cuerpo mientras él aire abandonaba sus agitados pulmones. El sudor trazaba camino por su nuca perdiéndose por el borde de la camiseta que se pegaba a su cuerpo. Su respiración entrecortada y jadeos de cansancio era lo único que se escuchaba en el lugar, cuando se sintió al borde de la colisión, soltó una lastimera queja cargando su peso en sus adoloridas piernas. Todo esto siendo observado por un chico con una condición totalmente opuesta a la suya que se detuvo a su lado.

—¿Cansado?  —cuestiona Felix entre jadeos soltando una risa cansada.

—No todos tenemos la misma energía que tú, brillitos ¿Qué esperabas? —responde Changbin indignado mientras trata de ubicarse en aquel mapa que no llegó a comprender desde el inicio de su viaje.

—No esperaba que me trajeras a subir una montaña más grande que mis ganas por levantarme en las mañanas —afirma observando el tranquilo paisaje con un brillo en los ojos—, pero debo admitir que me gusta. He caído por ti, grandpa.

—Olvídalo —soltó el más cansado apoyándose de una baranda de madera levantando la mirada hacia el despejado cielo—. Aún podemos regresar, te compraré un helado, vamos.

La falta de cordura era contagiosa, él lo supo desde el momento que se le cruzó por la mente proponer aquel lugar como su destino del día. Una tranquila montaña con una atractiva vista a la naturaleza, lo que tanto les faltaba en la industrializada ciudad. Con suficiente dinero, comida preparada por su madre y el GPS encendido emprendieron camino desde muy temprano hacia aquel lugar, nadie impediría su meta: sentirse los reyes del mundo.

Pero Changbin no esperaba agitarse en menos de una hora dudando de la vitalidad juvenil que los mayores decían que se tenía a esa edad ya que veía que Felix avanzaba a pasos energéticos mientras tararea una canción muy pegadiza sin rastro de cansancio, mientras él sentía que su corazón se detendría en cualquier momento.

—Mueve tu perezoso trasero, Changbin. No pienso bajar —exige sacándolo de su trance y arrastrándolo a seguir el camino—. Aquí dice que a unos metros hay una cabaña —soltó enrollando el papel en sus manos para guardarlo nuevamente en su bolsillo y seguir cantando.

El brillo en sus ojos le asegura que no había vuelta atrás y soltando un lastimero quejido se deja arrastrar, no podía desilusionarlo, no cuando estaba tan emocionado. 

Después de unos minutos más de caminata logra divisar una gran cabaña de madera que tenía una casa más pequeña al lado con unos cuantos patos desfilando hacia el amplio campo. Changbin no lo pensó dos veces en lanzar su mochila a un lado para luego dejar caer su cuerpo sobre el fresco pasto sintiendo el frío en sus mejillas dándole una sensación de paz. El rubio conteniendo la risa por la exagerada acción, sigue su camino hacia donde los coordinados patos andaban, encantado de poder tocarlos se arrodilla a unos metros notando que no le temen.

—¡Oh! —exclamó llamando la atención de Changbin que levanta la cabeza de golpe preocupado—. Binnie ¿Qué haces aquí? Cielos, estás más elegante que de costumbre.

El pato de color negro que sostenía entre sus manos inclina la cabeza hacia un lado como si tratará de descifrar lo que le dice, grazna en respuesta haciendo reír a carcajadas a Felix.

—Dice: I'm dark —soltó el pecoso entre risas.

—No, dice que aquel gusano en tu cabeza se ve apetitoso —respondió el pelinegro apoyando el peso de su cabeza en una mano.

Con un gesto horrorizado, Felix suelta al ave y empieza a sacudir su cabello con las manos deteniéndose al escuchar las escandalosas risas de su acompañante, riéndose con él también.

Game Over [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora