C24 - Vino de frutas

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Los días eran los mismos de siempre: Asistía a las clases, hacía los deberes, se escabullía para crear guiones y se tiraba algunos pedos de arco iris al tirano.

Wen Mingyu acabó adaptándose a su nuevo estilo de vida, y en comparación con el temor y la ansiedad que sentía cuando llegó a palacio, ya no era lo mismo que entonces. Especialmente San Xi, que antes era tímido y se agachaba constantemente, se volvió más valiente y listo a su lado.

A Mu Zhan le asaltaba un repentino deseo de escudriñar los deberes de Wen Mingyu, y luego le señalaba sin miramientos todos los errores que había cometido. Wen Mingyu agachaba la cabeza y era reprendido como un niño que se porta mal. Se sentía un poco frustrado en su corazón, pero seguía escuchando atentamente y arreglaba los errores después.

Mu Zhan también tomó su tarea para examinarla hoy. Mencionó muchas cosas que hicieron que Wen Mingyu se replanteara su vida, como si todo lo que había escrito fuera un montón de basura. El Señor Gong lo elogió claramente sólo dos días antes. ¿Era todo cortesía?

Wen Mingyu, no dispuesto a resignarse a la suerte, se detuvo impertérrito y miró a Mu Zhan con la respiración contenida: ―Su Majestad, ¿no hay nada aquí que merezca ser alabado? 

Ese pequeño fuego en sus ojos, era como si se escuchara la ayuda de kua kua escrita en su rostro.

Mu Zhan lo miró con los ojos bajos, degradó humildemente su honor, levantó y señaló el papel de arroz y se limitó a decir: ―Los caracteres, estos dos en particular, han progresado.

Wen Mingyu siguió su ejemplo y agachó la cabeza. Descubrió que se refería exactamente a un carácter 'Mu' y otro 'Zhan'. El nombre fue enseñado personalmente por Mu Zhan. Sería extraño que no pudiera escribirlo bien después de haberlo practicado tantas veces. ¿Acaso Mu Zhan, al final, estaba cantando sus propias alabanzas?

Wen Mingyu frunció los labios, visiblemente emocionado. Tenía el presentimiento de que esta noche escribiría una historia y se encargaría de que alguien le pusiera un saco de yute a Mu Zhan y le diera una paliza.

Mu Zhan, sin duda, prestó atención a su semblante. Esbozó una sombra de sonrisa, dejó el papel y miró a su alrededor, alejándose.

Wen Mingyu lo persiguió instintivamente, como una pequeña cola que se aferra a él. Mu Zhan se detuvo y estuvo a punto de caer de espaldas.

―¿Por qué persigues a éste? 

Wen Mingyu levantó la cabeza, con una expresión tonta en el rostro. Parpadeó dos veces antes de inspeccionar sus dos piernas, y entonces la revelación lo golpeó. ¿Por qué siguió a Mu Zhan? ¿Estaba loco?

―Has estado demasiado pegajoso los últimos días. ―Mu Zhan lo miró. Su significado no estaba claro.

Wen Mingyu reflexionó sobre ello durante un momento, y parecía ser el caso. ¿Podría haber tenido un tumor dentro de su cabeza o cualquier otra cosa que produjera perturbaciones espirituales, causando que estuviera fuera de control y mostrara estos extraños comportamientos?

Se rascó torpemente la mejilla y soltó dos carcajadas vacías: ―... Parece que es el caso de mi libre albedrío tras los pasos de Su Majestad, ¿entonces me retiraré primero?

Mu Zhan le interrogó escuetamente: ―¿No es necesario almorzar?

Estaba bien cuando no lo mencionaba, pero cuando lo hacía, sentía el hambre y le parecía oír los gruñidos de su estómago. Las comidas de Mu Zhan eran considerablemente más sabrosas y abundantes que las suyas.

Wen Mingyu no pudo resistirse a tragar saliva: ―¿Puedo entonces quedarme? ¿Está bien?

Mu Zhan no se comprometió, lo que indica su aprobación tácita. 

Gerbera - Amor nobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora