Lienzo y Armas || Juliantina

17

Jueves, 7:12 am.

¿Por qué todo parecía tan raro? Ya se sabe que se gustan, si, es obvio, entonces ¿Por qué parece que hacen algo malo? Ni siquiera volvieron a reir luego de la interrupción, un silencio sin sentido hasta que se durmieron a la mayor distancia posible de la otra. ¿Que rayos nos pasa? No tenemos 10 años. Eso cruzaba la mente de Valentina, quien por supuesto, suele despertar primero que Juliana, mientras encendía la cafetera y preparaba en desayuno para dos.

Murmuraba y movia la cabeza en negación bajo una incomprensión absoluta de su comportamiento. Vale, que nunca había sentido esto por una mujer, ni ningun hombre, pero vamos, sabia lo basico, coquetear, besar, insinuar, citas, pero eso parecia esconderse en un agujero lejano cuando se trataba de hacer eso con Juliana, y a juzgar por Juliana, no le iba mejor que a la castaña.

Consultarle y contarle todo a Fernanda era una opción latente en su cabeza. Respiró hondo, pensando sus opciones, la comunicación ayuda, quizas solo debía tener una conversación sincera con Juliana ¿no?. Se habían besado solo dos veces, no es una propuesta de matrimonio, claro, pero tampoco eran amigas como cualquiera.

Los desayunos de Valentina solían ser ligeros, iba entre frutas, pan y panqueques toda la semana, variando su preparación y presentación para no aburrirse, al menos, eran rápidos. Como si estuvieran cronometradas, Juliana apareció con su rostro recién lavado en la isla de la cocina cuando la castaña colocaba ambos platos.

- Buenos días, Val. - La voz grave y mañanera de la diseñadora le resultaba tan atractiva como la primera mañana que la escuchó.

- Hey, Juls. Buenos días. ¿Dormiste bien? - Respondió mientras culminaba su tarea de servir el desayuno y dos tazas de cafe.

Hubo un silencio fuera de lo usual antes de recibir la respuesta.

- Si, por supuesto. - Tomó asiento cerca de la otra chica y procedieron a dar el primer bocado en silencio... Por los siguientes minutos hasta que fue demasiado para Val.

- Juliana... - Llamó su atención captando su mirada. - Yo creo que deberíamos hablar... - Se aclaro la garganta. - Sobre, ya sabes, ayer... -

- Si te arrepientes de algo yo no tengo ningún problema, haré lo que necesites, ser amigas o si no quieres verme, yo... -

- Juls, stop. ¿Ok?. - Había una sonrisa genuina en el rostro de Valentina por la brillante manera en que Juliana asumía la situación. - Debo ser honesta pase lo que pase y decir que no me arrepiento de nada, besarte fue la mejor decisión que tomado últimamente, seguida de dejar a Luís. ¿Te arrepientes tu? -

- No. - Respondió de inmediato. - No, Val... Solo, esto es nuevo para mi, es decir, no lo se, me siento extraña contigo, simplemente no me había sentido asi nunca con nadie. -

- Me siento exactamente igual, Juliana. Pero supongo que es normal, o sea, nunca habia conocido a nadie tan espectacular como tu, eres literalmente la mujer, no, la persona más preciosa que he conocido en mi vida y yo solo se que quiero tomarme el tiempo necesario para conocerte mas, para pasar tiempo contigo, sin prisa. -

- Vaal... - Una risa avergonzada y una mano en el rostro era la expresión de Juliana. - ¿De donde te sacaron a ti, eh? Te hicieron cuidadosamente en un laboratorio para que fueras la mujer perfecta ¿o como?.- La ojiazul acompaño su risa.

- Esa pregunta me la hago yo respecto a ti. - Valentina se levanto y se acerco a la otra mujer, llevando ambas manos a sus mejillas. - Tienes los ojitos chocolate mas bonitos del mundo ¿sabias? -

- No, no lo sabía. - Respondió bajo y absorta en la mirada azul.

Con las cosas claras, no necesitaba más que hacer lo que deseaba, posó sus labios sobre los de Juliana, moviendolos con la delicadeza propia de Valentina, sintiendo las manos calidas y suaves de Juls sobre sus caderas, separadas de su piel únicamente por una fina tela de su short de dormir.