𝐼𝑉

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Los días a su lado fueron eternos para mi memoria. ¿Cómo no verlos de esa manera?, Éramos jóvenes y estábamos enamorados. Si no hubiera sido mío estaría tan celosa del amor que emanaba a sus amantes. Por alguna razón todo se veía más fácil cuando estábamos abrazamos bajo las estrellas en su auto. Los minutos parecían siglos y creímos firmemente que si teníamos fé y amor podríamos salvarnos de la miseria terrenal, creímos que podríamos mantenemos felices, o al menos por unos meses más.

Me hablaba de sus sueños y me decía como quería incluirme en ellos, yo afirmaba que estaría en cada uno de ellos y lo felicitaría por cada uno que cumpliera. Alguna vez me habló de un hotel en la luna, dónde todo sería tranquilidad. Su hotel tendría una taquería en el techo con 4 de 5 estrellas y un recepcionista llamado Mark. Supe dos cosas ese día:
Uno. Que él era el único para mí.
Dos. Que era un soñador nato.

Tenía estás idea de volaban de un lado a otro por su mente y salían de su boca tratando de darlas a conocer, pero era complicado porque siempre las cambiaba. Aún así y aunque yo no entendiera la mitad de las cosas que decía, lo escuchaba y ponía atención.

Yo no podía hacer lo mismo que él pues mis dichas se habían convertido en las suyas. Haría lo que él me pidiera que hiciera. Mi error fue no pensar más allá de él.

No pensé que la vida sería tan cruel con dos jóvenes enamorados, pero ahora veo que está no tiene compasión con nadie. Pensé que como aquella historia que había escuchado alguna vez, de ves en cuando las estrellas se alinean y elijen a dos corazones solitarios para unirlos para siempre. Creí que nosotros habíamos sido los afortunados, pero Dios, que equivocada estaba.

𝑩𝒍𝒖𝒆 𝑱𝒆𝒂𝒏𝒔 -𝐴𝑙𝑒𝑥 𝑇𝑢𝑟𝑛𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora