Cambiaré Su Destino //EVAN MERCER (OC) EN KUROINU// (EN CORRECCIÓN)

Capítulo 3: Todos mueven sus cartas.

Narrador Omnisciente

Zona Norte del Continente de Eostia - Bosque de los Elfos Oscuros - Castillo de Olga Discordia.

El pacto ha sido sellado, y ya no había vuelta atrás; la Reina Oscura y el Demonio del Abismo Insondable ahora eran aliados en busca de un propósito, a pesar de que no todos los presentes estaban de acuerdo con ello.

- Listo... He aceptado tu propuesta, Abaddon -Habló la mujer de piel morena- Ahora... Cuales son tus planes para hacer esto funcionar?

- Me alegra que preguntes, ahora que tengo de aliada a la poderosa Olga Discordia, los planes para acabar con los perros sarnosos podrán avanzar con más facilidad -Respondió el infraterrano mientras soltaba la mano de Olga, girando la vista hacia su compañero peliplata y a la mestiza elfo/humana- Risotto, por favor suelta a la chica, así no tratamos a nuestros aliados, verdad?

El demonio ojirrojo no estaba tan seguro de si eso era lo más acertado, pero aún así decidió escuchar y obedecer, a fin de cuentas, aún si ella lo intentara con todo lo que tuviera, jamás podrían hacerles daño.

- Ghh... -Una vez liberada, la morena de cabello rubio se alejó tan rápido como pudo del infraterrano de gran altura, aún conservando esa hostilidad ante los dos varones-

- Tranquila Chloe, nosotros no somos tus enemigos -Habló el demonio pelinegro con voz serena- Bien Olga, este es el plan, tienes a tu mano a las criaturas y monstruos que viven dentro de tus fronteras, no?... Bueno, sin contar a los que matamos en el--

Sin que su reina pudiera detenerla, Chloe tomó sus dagas y cegada por la ira de ver a su reina ser tratada como cualquier otra mujer, corrió contra Abaddon lista para clavarle sus afiladas hojas.

- ¡Chloe! ¡No!

- ¡¡MUERAAAAAAAAN!!

Para gran sorpresa de casi todos los presentes, la mestiza logró llegar hasta el sitio del infraterrano, y con todas las fuerzas y el odio en su ser, clavó ambas dagas en el centro de su abdomen, sonriendo victoriosa al creer que había logrado herirlo de muerte.

- Ahora te irás directo al infierno, ¡Maldito Bastardo!

Mientras que Olga tenía un rostro de horror y Risotto una expresión de enojo, la única que pareció disfrutar de su aparente victoria era la misma Chloe, quien ya se daba como la ganadora y libertadora de su reina. Sin embargo, su sonrisa le duró poco, ya que el pelinegro seguía de pie, inmóvil, mirando las cuchillas y a la rubia con el seño fruncido.

-... Es todo?... Corriste y gritaste que me muriera mientras me apuñalas con tus cuchillos... Y este es todo tu desahogo? Mujer, para ser la guardia de una reina importante, dejas mucho que desear a la hora de atacar -Dijo el azabache con clara decepción en su hablar, dejando a la morena con claro asombro, sintiendo como la fuerza escapaba de su cuerpo- Que pasa? A que viene esa mirada?...

- Q-Que carajos... Tú... Porqué no estás...

- Muerto? -Terminó la frase- Oh querida... Si fuera tan simple acabar conmigo... Pero necesitarás algo mejor que dos dagas templarias de hierro para acabarme.

Chloe intentó inmediatamente sacar sus cuchillas, pero era inútil, estas no podían salir del cuerpo del demonio, no tuvo más alternativa que soltarlas para alejarse de aquel ser.

- Chloe... Que hiciste?? -Ahora fue el turno de la reina para hablar, pero no tuvo mucho para decir, las palabras simplemente no salían de su boca por el miedo-

- Oh, no te preocupes por esto Olga -Dijo el pelinegro de manera despreocupada, sacando las dos espadas de su torso como si nada fueran- Realmente esto no me hará nada, las armas humanas no pueden herirme en lo más mínimo.