10. Mío

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Contiene: Escenas sexualmente explícitas, infidelidad hacia un tercero.

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En la oscuridad del que alguna vez fue su apartamento, Steve esperaba paciente a que Tony terminara de subir por el elevador, sentado en el sofá y comiendo una manzana. Lucía tranquilo, aunque las ansias y el anhelo lo carcomían.

Las puertas de metal se abrieron de par en par y el empresario salió entre ellas, despreocupado. Suspiró y siguió de largo hasta pasar por su living sin tomarle importancia a la falta de luz alrededor. Ergo, la piel de sus brazos se erizó y su corazón parecía ser golpeado con un tambor a cada segundo cuando, entre los claroscuros de la habitación, vio una silueta en el sillón. Grande e imponente. Fue hasta entonces que notó también que la presencia de su IA faltaba.

Steve se tragó el bocado de fruta que terminaba de masticar, y también su propio temor para levantarse y lentamente dar pasos medidos alrededor de Tony, como un depredador.

—¿Qu-qué haces aquí? —habló Stark con un nudo en la garganta. Tantos meses, tantas noches sin verlo y ahora aparecía con un aspecto más fiero que el que recordaba. La barba tupida pero prolijamente recortada y su vestimenta casual no hizo más que agregar sorpresa a su recuerdo del capitán. Tragó pesado al sentirse observado por esos orbes azules.

Quiso hacer más preguntas, como: ¿Cómo entraste?, ¿tú quitaste la electricidad de mi departamento y desactivaste a FRIDAY?, ¿en qué momento te acordaste de mí?, ¿por qué no volviste antes?...

Pero las palabras no salieron, sólo se escuchaban respiraciones pesadas y pasos tranquilos.

—Ross va a sospechar si sabe que hay una falla en la torre... —advirtió. Rogers se paró cerca de él, tanto, que con estirar la mano hubiera podido tocar sus pectorales, que se mostraban inflados frente a él—. Eres un fugitivo, lo sabes; una advertencia y tendrás a todo el ejército aquí para atraparte —Steve le sonrió como pocas veces; con suficiencia—. Ya, ya vete, no te quiero aquí.

Retrocedió dando dos traspiés. Steve le siguió con una zancada. Su perfume de siempre llegó a su olfato cuando intentó inhalar regularmente. No podía creer cuánto había extrañado esa fragancia.

Ya me han informado que tu novio es un estúpido aburrido —fue su única respuesta. Pareciera que después de tanto tiempo huyendo, no le importaba que lo fueran a atrapar en cualquier momento sólo por haber querido verlo—. Tú que eres fogata y él tan frío.

Una pesadez se implantó en el semblante de Tony al oírlo. Había llegado a pensar que luego de hacer pública su reciente relación unos días antes, Steve ni siquiera se había dado por enterado. Que no le interesaba, que ya no se preocupaba por él.

—Stephen es un doctor de renombre, alguien interesante e inteligente con quien puedo hablar sin discutir —dijo petulante. Cruzó sus brazos en su pecho y volteó la mirada, luciendo indignado.

—Claro, un gran novio que te deja solo porque le interesa más el trabajo.

La risa sin gracia de Tony resonó mientras lo miraba a los ojos con cinismo.

—No sería el primero que piensa en abandonarme por egoísmo.

Steve calló, porque era verdad. Una verdad que dolía y por la que había pagado las consecuencias. Pero, incluso con ese golpe de realidad, no se iba a dar por vencido y cumpliría su objetivo: Recuperar lo suyo.

One shots · Stony, SuperfamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora