4. Wilson (tercera parte)

460 45 5
                                    

—¿Cómo se conocieron?

Wade no miró a su pareja antes de contestar, así que no notó los ojos suplicantes de Peter, casi implorando que no dijera una idiotez.

—Pues: Una noche, yo salía del bar de un amigo mío. Tenía que ir a... Trabajar. Lo vi cuando pasaba por un callejón, él pasó sobre mí con ese traje rojo y azul tan lindo. Sólo lo miré y lo seguí porque se veía muy cool y, ¿quién no quiere seguir al hombre araña? Bueno, el caso es que cuando caminé dos calles en su dirección se escuchó mucho alboroto y así, entonces vi como mi Petey le daba una tremenda paliza a unos tipos por robar o algo parecido. Lo hacía verdaderamente genial. Aún recuerdo que uno de ellos pidió piedad y casi se arrodilla. Ja, ja, ja...

Mientras hablaba, todos los presentes prestaban atención a sus movimientos con las manos y muñecas exagerados, de verdad metiéndose en el papel de contar una historia.

—... Entonces cuando llegó la policía él se fue. Me achicopalé porque yo me quería tomar una foto con él y que me dijera "...Tu buen vecino, el hombre araña" —todos en la mesa trataban de disimular sus gestos por la manera tan... Peculiar de hablar de Wilson—. En ese tiempo yo no era Deadpool, hasta unos meses después, pero nunca olvidé ese día y esas técnicas de combate. Lo vi como soy ahora cuando estaba en una azotea acechando a un... Uno de mis... Trabajos. Él me vio. Le dije que lo admiraba. Intenté darle un abrazo y me pateó en las pelotas.

Peter rodó los ojos ante lo último. Sus padres simplemente callaron, pero había uno de ellos que perfectamente pudo soltar una carcajada ante la imagen mental, pero se la aguantó como un guerrero.

Hubo una pequeña pausa en la que comieron un poco más, hasta que Wade decidió que podía seguir con su relato.

¡Oh!, —exclamó y antes de continuar, limpió las comisuras de sus labios con la servilleta de tela—yo sé que pudo haberme hecho una bola con su telaraña, pero no lo hizo, y la razón es que, desde que me vio, cayó rendido ante mis encantos, que son muchos, por cierto.

—Por supuesto que no —Peter negó, con un gesto de notable incredulidad—. Pensé que eras un hombre común y corriente disfrazado de superhéroe, pero te acercaste de más y eso fue lo que pensé que te haría menos daño para alejarte.

—Sinceramente prefiero un ojo morado a unas bolas moradas.

—Eso no importa, Wade, por favor continúa —dijo el Capitán, amable como siempre.

—Sí, no necesitamos saber de qué color tienes el... —y antes de decir la última palabra, Tony se cayó al escuchar a su esposo y a su hijo, en unísono, carraspear para que parara. Ya no terminó lo que tenía que decir, simplemente se cruzó de brazos e invitó a Wilson (con un gesto con la cabeza) a que siguiera hablando.

—Bueno, después, tuvimos una pequeña discusión. Él se enojó, pero sé que todos los insultos que me soltó fueron con amor —Peter negó, pero no agregó nada a la conversación—. Yo lo busqué y le pedí disculpas. Él las aceptó, de repente patrullábamos juntos, luego me dijo su nombre, yo le dije el mío, nos hicimos novios, luego amigos, lo mantendríamos en secreto por mis problemitas con la ley, me enviaron una carta y luego ustedes se enteraron... ¿O cómo era?

Peter suspiró, pero tomó de la mano a Wade sobre el mantel en un gesto de apoyo. Sabía que su novio necesitaba parar de hablar para poder entenderse, sólo algunas veces.

—Lo que quiere decir es que: Unos días después de lo de la patada, él me pidió disculpas. Las acepté porque creí que me había sobrepasado con un pobre chico...

—¿Pobre?¿Chico? ¡Por favor! Tiene cuerpo de señor adicto a los esteroides —comentó Anthony, con su inconfundible tono de sarcasmo.

Nadie dijo nada, pero sólo bastó la mirada fulminante de su esposo para que (una vez más) se callara y no interrumpiera.

One shots · Stony, SuperfamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora