.El entreno de los Dioses.

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—Es todo un honor. La verdad es que hace tiempo quería pelear contra ti en este cuerpo. —Eso me dejó sin palabras

—¿Ah? ¿Qué quieres decir?

—Todavía no necesitas saber eso. —Finalizó el sujeto llamado "Black"

—Trunks, ¿tú sabes algo más de Black?

—¿A que te refieres, Akane?

—Su identidad personal, al menos un número de las personas que mató. O... porque dijo: "Pelear contra ti en este cuerpo"

—No tengo la menor idea. A decir verdad solo destruyó mi pueblo. No dijo palabra. Sólo que quería llevar a cabo un plan llamado "Cero humanos"

—¿Cero humanos? Este tipo está demente. De todas formas me has ayudado. Te lo agradezco mucho Trunks. —Di unos pasos al frente. Y me eleve en el aire. La brisa era fresca y las nubes eran suaves. Como algodón.  El cielo estaba en completa armonía despejado. Pero alguien tuvo que arruinar el momento

—Hola.—Sonrío la Akane "maligna"—Sinceramente. Somos muy parecidas ¿no?

—Será porque eres yo. ¿No? Mejor y peleemos. Tengo ganas de destruirte

—Entonces, a que esperamos. —Me lanzó una bola de 'ki' la cuál esquive con facilidad. Puse mis muñecas en mi espalda. Una sobre la otra. Con cuidado apreté la daga en mi mano. Aún no quitada de su funda. Solo tenia planes de esquivarla. Pero de eso no se saca nada bueno.  Aproveche que dejó su mano derecha a un costado de mi rostro. Lo doble y giré contra el mismo. Haciendo que su brazo quedara en mi abdomen. Ella de espaldas y mi cuchillo en su cuello. La hice un rasguño. No soy de matar a sangre fría. Solo si lo da el caso. Tire mi daga: 🗡 Frente de Trunks quien entendió mi mensaje y la guardo con su alma.

—Hija de... —Gritó. Me transforme en Súper Saiyajin y acto seguido la dije: "Me toca a mí". Cargué ki y me tire sobre ella. Tomé su coronilla y estrelle su rostro en mi rodilla. Se tiro hacia atrás y aproveche para golpear su abdomen con ambas manos: Las puse entrelazadas  sobre mi cabeza y las dejé golpear sobre su abdomen con suma violencia y velocidad. Ella respondió escupiendo de su saliva para Luego. Acabar en el suelo.

—Eso estuvo bien. Pero te mostraré el verdadero poder de una Diosa de verdad. —Abrió poco sus piernas en el suelo. Colocó sus brazos con los puños cerrados a la altura de la oreja y los dejó caer con fuerza bruta en sus caderas transformándose en el Súper Saiyajin. En cambio. Su color era NO puro
Era rosado para morado. Y su sonrisa adornaba ese color. —¿Oh? ¡Ya sé! -Gritó se abalanzó contra mio y me golpeó un par de veces en el abdomen y el rostro. Rasguñandolo.

—¡¡Akane!!—Gritó Son Gokú preocupado. Quién golpeó a Black para que se alejara  y se dirijo hacia donde yo yacía en el suelo terroso. —¿Estas bien?

—Puedo continuar sin problemas. —Me limpie las gotas de sangre que recaían de mi mejilla golpeada. Me levanté. Kakaroto volvió a su pelea ya que el maldito de Black no lo dejó si quiera el segundo para recobrar la postura.

Sonreí y cambie mi postura. Avance al Súper Saiyajin F.2

Salí del pólvo; que  fue eliminado por la aura de mi trasformación.

—Creo que no es necesario usar tanto poder. —Volvi a mi SSJ 1 y retome a mi toma y dale. Dando 300 puñetazos a la vez. Haciendo que partiera la roca más grande del lugar con su espalda. Escupió un líquido rojo espeso. Mi satisfacción creció sonreí de lado y mis ojos se abrieron un poco. Entonces antes de que pudiera levantarse acumule fuerza en la mano y agarré si flequillo y golpeé su frente con la mía y volví a aventarla. Grite hasta volver a  cargar energía.

—¿Qué pasa? ¿Viste? Ese es el poder de una Diosa.—Dije sonriendo —Ven ataca. - pero en vez de eso. Fue absorbida por el portal. Junto a Black...

—¡Te juro, Akane Kakaroto. Qué yo te mataré!—Dijo. Antes de ser absorbida.

(Akane el nombre y Kakaroto sería el apellido. Por ejemplo Señora Kakaroto. O Señora Gokú. Espero se entienda)

—Eso estuvo bien. —Sonreí. Baje hasta el suelo hasta que sentí varias pisadas detrás mío

—¡Mamá! ¡Mamá! —Gritó con desesperación Goten. Que era perseguido por su hermano mayor. Con una criatura entre sus brazos. Era Hikari. —¡Mamá, estás bien!

—Estoy bien cielo. Hola Gohan. Mi bebé. —sonreí abrazándolo. —Hola a ti también, Hikari. —Empezó a mover sus piernas y brazos con alegría. Quería que la cargará. —¿Sí? Ven aquí. —sus ojos miraban atentamente el horizonte. Y empezó a mover sus brazos para que la alzara. En cambio. La alcé. —¿Ya? No, basta. Te puedes marear.

Entonces salió de mis brazos y de oculto detrás de Gohan... volando

·La Diosa Saiyajin·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora