caminar por la plancha (en aguas oscuras)

Capítulo 9

Toda la isla de Meizhou rebosaba de actividad. En la isla se estaba celebrando un enorme festival callejero para festejar el regreso del barco fantasma, y la ciudad estaba repleta de peregrinos que viajaron para dar las gracias al capitán y a la tripulación del barco por haber rescatado a sus seres queridos, así como de los que simplemente sentían curiosidad por ver el barco fantasma con sus propios ojos. Se construyó un templo propio en lugar del santuario al pie de la montaña y había muchas ofrendas de incienso y flores y frutas frescas y quemadores de incienso que tenían que ser constantemente retiradas de los altares cada pocos minutos para dejar espacio a nuevas ofrendas.

El templo de la cima de la montaña, en cambio, estaba un poco más tranquilo, pero seguía lleno de expectación y emoción.

Como chamanes de la diosa, Jiang Yanli y Wen Qing decidieron establecerse en el templo, en parte para apartarse de la política entre clanes que había estallado con la extinción del clan Jin, y para que Jiang Yanli pudiera criar a su hijo Jin Ling en paz. Luo Qingyang también había decidido quedarse con ellas, y poco a poco empezaron a aparecer más personas en el templo, pidiendo asilo. La mayoría eran mujeres, algunas con la esperanza de escapar de las presiones familiares para casarse, otras huyendo de circunstancias infelices, otras buscando un lugar tranquilo para llorar a las personas que habían perdido. No todos hacían del templo su hogar permanente, pero siempre había un número suficiente de ellos, por lo que se hizo necesario acondicionar el lugar para que más personas pudieran vivir cómodamente y para que les resultara más fácil subir y bajar de la montaña. En pocos años, el templo de la montaña era casi irreconocible, y el lugar estaba siempre lleno de mujeres y niños.

Jiang Cheng lo visitaba siempre que podía, a veces con su compañero Nie Huaisang acompañándolo. Jiang Fengmian y Yu Ziyuan lo habían visitado unas cuantas veces, sobre todo para ver a su nieto cuando era demasiado pequeño para viajar al Muelle del Loto con Jiang Cheng, y aunque a Jiang Yanli ya no le afectaba tanto lo que su madre pensaba de sus elecciones, pensaba que la señora Yu se había alegrado por ella. Lan Xichen también venía de vez en cuando, con su esposo Nie Mingjue, y siempre preguntaba si había algo en lo que necesitaban ayuda. Wen Qing no tenía parientes vivos, pero la noticia de sus habilidades curativas se había extendido, y tenía una pequeña botica en el pueblo que dirigía con Luo Qingyang y su esposo, atendiendo a los enfermos y heridos que llegaban a la isla para consultarla.

Los trece años pasaron rápidamente, y Jin Ling era ahora propenso a la melancolía y la inquietud, como era habitual en un chico de su edad. Dentro de unos años, probablemente pediría acompañar a Jiang Cheng en el mar y elegiría la vida de marinero y cazador de tesoros, pero en este momento seguía siendo su niño. Jiang Yanli le contó toda la verdad que creyó oportuna, especialmente sobre Jin Zixuan y Wei Wuxian, queriendo que su hijo recordara a su padre como un buen hombre y comprendiera que su muerte había sido causada por muchos factores y no por culpa de una sola persona. Pero Jin Ling también escuchó muchas historias extravagantes sobre el capitán del barco fantasma y todo lo que había ocurrido antes de que él naciera, y estaba lleno de preguntas, tan emocionado que parecía casi un niño pequeño de nuevo.

"¿De verdad Ning-shushu es un fantasma? ¿Tiene Da-jiu realmente la capacidad de controlar a los monstruos marinos? ¿Es verdad que Da-jiu y su esposo encontraron un niño del Clan Wen en el mar y lo adoptaron?", preguntó Jin Ling.

"Pronto lo descubrirás", dijo Jiang Yanli con una sonrisa. Con la mano de Wen Qing entre las suyas y el brazo alrededor de su hijo, salió al patio principal que daba al mar hacia donde ya esperaban Jiang Cheng y Lan Xichen con sus respectivas parejas.

El sol se ponía en el horizonte, casi como si se hundiera en el océano. Justo cuando lo último de su luz dorada se desvanecía en el cielo rosa pálido, el océano se estremeció y un barco irrumpió bajo la superficie, con sus velas blancas ondeando fuertes y orgullosas. Los vítores se elevaron desde la concurrida playa de algún lugar de abajo.

"Siempre con entradas dramáticas", refunfuñó Jiang Cheng.

Jiang Yanli se rió. "Bajemos a reunirnos con ellos", sugirió, y con los faroles en la mano, se dirigieron hacia abajo de la montaña para iluminar a sus hermanos, el camino a casa.

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Notas Finales:

¡Espero que lo hayas disfrutado!
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