Capítulo 44|Salto.

75 14 2
                                    

POV Vesta.

Observé muy atenta dentro del bosque, entre los árboles y encima de ellos, pude ver de reojo como una mano se escondía arriba de un tronco, estaban muy atentos para atacar.

Se había vuelto de noche y la impaciencia de Peter se volvía cada vez más notable, después de un largo día dando vueltas sin sentido caímos listos para acampar de nuevo.

Todo el día mi madre y Emma estuvieron enseñando a Dalai arquería, lo traían como loco en un intento por hacerlo "recordar" cosas de su pasado reviviendo y sintiendo en carne propia las experiencias antes vistas o vividas.

Henry y mi padre estuvieron conmigo tratando de estimular mi mente para tratar de recordar también, me hubiera gustado más estar con ellas puesto que estaban haciendo algo entretenido, ellos se la pasaron tratando de hacer de psicólogos y al final lograron ponerme incómoda y loca.

Entre ratos hablamos con Jordan todo lo que tenía que saber y poco a poco fue uniendo por si mismo cabos que lo dejaron un poco inquieto.

Giré a la tienda de las chicas, el labor de nosotros era mantener distraídos a toda esta gente mientras Jordan tomaba el objeto de los pantalones que mi madre se había cambiado. Cuando lo vi salir y asentir de que lo logró suspiré y le indiqué que esperara.

Mi madre atrajo el fuego hasta ella para apagar la fogata ya listos para dormir. Mis ojos fueron a Dalai, quien comprendió lo que intentaba decirle cuando le apuntaba disimuladamente hacia donde estaba Jordan.

—Debemos irnos.

Las palabras de él los hicieron detenerse antes de entrar a las tiendas.

—¿Se van? —interrogó para mi sorpresa Ethan.

—Ustedes tienes una misión que cumplir, nosotros la nuestra.

—Pero no recuerdan mucho, además esas cosas...

—Mientras sangren podremos contra ellas, no somos débiles —asentí ante la preocupación de Henry.

Entre todos se voltearon a ver para estar seguros, después miraron al tío Ethan.

—Con cuidado —dijo acercándose para darnos una radio—. Estaremos en contacto.

Lo tomé y le asentí. Después de despedirnos de todos nos reunimos con Jordan adentrándonos un poco al bosque, él nos dio el objeto y lo tomé, se trataba de una piedra que brillaba al contacto con la piel, tenía el símbolo de una llama, antiguo emblema del reino de fuego en trajes, armaduras y armas.

—Este fue un regalo de mis abuelos a mi madre... —musité cabizbaja.

Agrandé los ojos cuando dejé de sentir mis pies de nuevo en la tierra, alcé la mirada y sólo veía como Jordan asentía muy lento, por instinto al girar vi el vórtice y chisté girando hacia Dalai.

Él sacó el frasco pero negó al ver que era imposible lanzarlo pues se rompería, íbamos a ser succionados a otro tiempo, así que sólo rezamos para que Jordan supiera controlar la información, en algún otro punto nos teníamos que volver a encontrar.

Cuando dimos el salto en el tiempo esta vez logramos estabilizarnos para no caer y aparecer de pie. Estábamos en una zona no conocida, aún así había muchos gritos y podía ver a gente corriendo por todo el lugar.

Dalai me hizo agacharme detrás de una roca, no entendía el porqué hasta que me señaló el cuerpo inerte de un hombre a un lado de nosotros, aún le salía sangre. Ambos nos asomamos un poco y pude entender que se trataba de un campo de batalla.

¿Lo curioso? No eran de nuestro tiempo conocido o actual, la vestimenta que portaban era una armadura completamente casi inmóvil como la de antes, los cascos incluso eran un poco más cuadrados.

LegadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora