Narración en tercera persona
—¡ABRAN LA PUTA PUERTA! ¡SE ME MUERE! ¡HIJOS DE PUTA...!
Ino escuchó la voz de Sasori desde el sector de pertenencias de los internos y llegó corriendo al corredor del pabellón. Allí vio a Deidara en brazos del pelirrojo completamente ensangrentado y con lágrimas saliendo de sus ojos.
—¡Cuarenta y siete y setenta y ocho! ¡¿Dónde están?! —preguntó furiosa por el handi y nadie le respondían— ¡Abran la puerta!
—¡Jefa, se muere! Se muere... —le dijo Sasori sollozando, sintiendo el cuerpo de Deidara cada vez más frío.
—Quédate tranquilo. Tranquilo... —sacó un manojo de llaves de su cintura y trató de abrir la puerta con las manos temblorosas.
Después de varias horas después de aquel incidente, ingresaron a Deidara en el hospital de Konoha bajo custodia. Había quedado mucho más herido que de su accidente. Estaba en una cama de hospital con respirador y un yeso en el brazo. Su otra mano estaba esposada. Sin embargo, estaba en una habitación VIP del lugar, recibiendo atención personalizada.
Mientras tanto, Sasori caminaba de un lugar a otro en la celda mientras le temblaban las manos todavía.
—¿Te puedes quedar quieto? —le pidió Zetsu.
—No me pidas que me calme... ¡NO ME PIDAS QUE ME PUTO CALME! —le dio un puñetazo a la pared.
—Mierda...—miró a otro lado al ver que los nudillos del pelirrojo se habían manchado de sangre.
—Les voy a sacar la mierda a los que hicieron esto.
—Sí. Ya sabes quién fue y vive una jodida mansión. A estas horas, debe de estar bebiendo el mejor vino frente a una puta chimenea mientras nosotros estamos en este agujero—suspiró con pesadez—. No puedes hacer una mierda...
—Ya vamos a ver...—lo miró muy serio.
En la oficina de la mansión Uchiha, dos guardias de la prisión de Konoha estaban reunidos con Fugaku, quien estaba frente a unos papeles sentado en su escritorio.
—Ya está hecho, señor. Liberamos la zona de reclusión y el interno fue llevado a urgencias después de que el trabajo se realizó—le informó uno de ellos.
—¿Lo llevaron inmediatamente?
—No, señor. Pasó un tiempo hasta que se llamó a la asistencia médica.
—Bien...—suspiró con pesadez.
—Hay algo más, señor.
—¿Qué sucede?
—El interno fue llevado a atención personalizada. Alguien pagó sus gastos médicos y exigió buena atención.
—¿El viejo Bennett? —hizo a un lado los documentos.
—No lo sabemos. Puede que haya sido él. Siempre lo está cuidando. Hay un grupo de internos que protegen al chico. Nos costó llegar a él—le respondió.
—¿Quién es el interno?
—Sasori, señor.
—Sasori...—suspiró con pesadez—Despejen a las moscas de mi alimento entonces. Largo.
Ambos guardias salieron de la oficina para volver a la prisión. Fugaku tomó su teléfono e hizo una llamada.
—Te quiero aquí en cinco minutos. Si no vienes, haré que te traigan—colgó la llamada y se quedó muy serio mirando el paisaje del cuadro que decoraba su oficina.
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Del asesino de mi hermano [ItaDei. Yaoi] [+18]
Romance-«Si mi vida tuviese que describirla como un sueño, entonces, sería una pesadilla, la cual se fue transformando en un sueño aceptable hasta llegar a convertirse en una fantasía inimaginable para pasarse a la realidad y golpearme a la cara. Despertar...