CAPÍTULO 7

2K 199 34
                                    


Este capítulo tuvo cambios en su edición el 30/06/2022. Los cambios solo añaden al contexto de la historia pero no son significativos para la trama. Si lo leíste antes, no hay problema. Los cambios son para los nuevos lectores.


PORSCHE

Al fin conseguí el bar a la orilla del mar que había soñado y sin embargo, se sentía como un sueño vacío, solitario.

A pesar de que cada tarde veía un hermoso atardecer desde la ventana, todos únicos y llenos matices de colores diferentes, solo podía pensar en lo hermoso que se verían si Kinn estuviera a mi lado.

Aunque estuvimos mucho tiempo juntos, siempre estábamos ocupados y nunca tuvimos el tiempo para ver un paisaje como este en la playa. Hablamos de hacer un viaje juntos pero no tuvimos la oportunidad de hacerlo.

- "Kinn"

Trato de no pensar en él pero el mayor recordatorio de mi relación se movía inquieto en mi vientre.

- "Es bonito ¿verdad bebé? No puedo esperar para que los veas con tus propios ojitos." Mi pequeño es inquieto, sobre todo al llegar la noche. Se mueve como un pececito y hace que sienta burbujas.

No pude evitar acariciarlo para que se calme, pero es un bandido y siempre se mueve hasta el punto en el que mi vientre se tensa y me duele.

- "Si no te quedas quieto voy a comer picante y te va a molestar," de repente mi chiquito se quedó quietecito. Era como su papá, solo cooperaba después de una amenaza.

- "¡Porsche hace falta hielo!," gritó Eren desde la barra. 

Eren era un amigo de la infancia, uno de los que Kinn jamás había escuchado. Desde que perdí contacto con él a los quince años, tras mudarse de mi casa, no volví a verlo. Fue por eso que la primera persona en la que pensé fue él cuando salí de la casa de Pete. 

Yo lo ayudé cuando sus padres murieron y lo recibí por varios años en mi casa. Junto con Porschay compartimos muchas experiencias y nos convertimos en una familia. Pero al pasar el tiempo, el decidió seguir con su vida y poco después no tuve noticias de él. Solo sabía que vivía en Phuket. 

Aunque no estaba seguro de si me recibiría después de tantos años separados, cuando llegué  a su casa con el rostro demacrado, embarazado y sin un centavo, me abrió las puertas como un verdadero amigo.

 Eren me ayudó a vender las pocas pertenencias que tenía, entre ellas, algunos relojes que me regaló Kinn y el auto que manejaba.  Fue tan amable que aún no puedo creer que se haya puesto de  garante para el arrendatario del bar y ahora trabaja como un socio conmigo.

No podía estar más agradecido por toda su ayuda. 

El bar era como yo siempre lo imaginé. Escogí una pequeña cabaña a la orilla de la playa con palmeras en la entrada y el piso de piedra. Para decorarlo, utilizamos luces indirectas en la barra y los bancos los fabricamos con troncos de madera. Las mesas  de bambú y vidrio las diseñó Eren exclusivamente para el local. 

Realmente era muy hábil con las manos.

A los turistas les encanta mi bar e incluso en estos tres meses ya tengo algunos clientes frecuentes. Así también la gente de Phuket se ha portado muy amable conmigo y me han ayudado mucho con los proveedores, sin hablar de todos los consejos que me dan como padre primerizo. Algunos incluso aún confunden a Eren y lo llaman mi esposo, lo cual me resulta un poco gracioso.

Para la música me inspiré mucho en los gustos de Khun cuando salíamos al bailar de Yok. Todo el que entra a este lugar, sale muy alegre y animado. También salen muy borrachos lo cuál es bueno para las finanzas. 

KINNPORSCHE - LO EFÍMERA QUE ES LA FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora