Sung Rok había llegado primero que su esposa a su casa, ya era costumbre para So Hee, sus excusas eran por el trabajo, es por eso que su esposo siempre que podía le insistía para que dejara de trabajar con su primo. So Hee había cambiado mucho y él no quería que las cosas siguieran de esa manera en su matrimonio.
-De nuevo tarde So Hee. -Dijo Sung Rok cruzado de brazos viéndola entrar de manera sigilosa.
-Me has dado un susto. -Brinco So Hee al oír la voz de su esposo.
- ¿En donde estabas? -Pregunto enojado.
-Trabajando, puedes hablar con mi jefe si no me crees. -Se dio cuenta de la actitud que tenia su esposo hacia ella.
-No se trata de eso, quiero que dejes ese trabajo. -So Hee escucho las mismas palabras como por cuarta vez, había perdido la cuenta.
-De nuevo con eso, ¿Quieres que este encerrada en casa? Odio estar todo el día aquí sin saber que hacer, con los mismos problemas de siempre, al menos el trabajar me ayuda para no pensar en tu familia. -Dijo molesta.
- ¿Mi familia? So Hee que demonios pasa contigo, ahora metes a mi familia. -Observo cada uno de sus gestos.
-Ese es el mayor problema que tenemos, el sentirme presionada por ellos, mi trabajo es la manera de seguir estando junto a ti. -Y había cometido un gran error.
- ¿Que dijiste? Antes no pensabas eso, dime la verdad So Hee. -La chica se dio cuenta de su error y trato de ser mas pasiva.
-Olvidalo, iré a ducharme. -Entro a su habitación de prisa.
Quería quitarse el olor de Mino, sus caricias, sus besos, habían estado toda la tarde encerrados en su oficina teniendo un fabuloso sexo, la había hecho suya de mil maneras y So Hee aun recordaba todo eso, sabia que su esposo sospechaba algo por eso se comportaba de esa manera, pero ella se hacia la desentendida.
Se tallaba en cada rincón de su piel para borrar a Mino, estaba muy cansada y harta de la vida que llevaba, quería ponerle un fin a todo, o quizá solo huir era la mejor manera.
Salio del baño con su bata de seda verde, vio a su esposo recostado solo en bóxer leyendo una revista de finanzas, se acerco a su armario para escoger su pijama.
-So Hee, lo siento, odio pelear a cada rato contigo, incluso pensé que en mi cumpleaños las cosas serian diferentes. -Entonces la chica recordó que después de haber tenido su encuentro con Mino alejo a su esposo de todas las maneras posibles.
-Es el estrés, he tenido mucho trabajo. -So Hee sintió las manos de su esposo acariciando sus pechos por dentro de la tela.
-Lo se, es por eso que te pido que dejes ese trabajo, esta interfiriendo con nuestro matrimonio. -Dijo Sung Rok deshaciendo el nudo de la bata para poder verla desnuda. -Te necesito.
-Tengo que revisar un proyecto. -Se hizo hacia atrás para que su esposo dejara de tocarla.
-So Hee, tenemos mucho tiempo que no hacemos el amor. -Envolvió sus brazos en su cintura y se acerco para besarla.
-Estoy cansada, hoy no por favor. -Volteo la cara para que no la besara, entonces Sung Rok se alejo enojado.
-Entonces ¿Cuando? Ese maldito trabajo te esta cambiando, renuncia de una vez, no te hace falta nada, todo lo tienes conmigo ¿No es suficiente? -Pregunto enojado. Se sentía expuesta a su esposo por primera vez, estaba incomoda al hombre que tantas veces la había tocado.
-Estoy harta de esta vida Sung Rok. -Salio de su habitación para dirigirse a la de huéspedes amarrándose de nuevo su bata.
-So Hee, espera. -Su esposo no sabia de que manera mejorar las cosas entre ellos, se sentía desesperado.
