Destinado a suceder🧛🏻‍♂️ ✨ BrightWin ✨ BW ✨

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Win se despertó con un golpe en la puerta de su apartamento. Comprobó su reloj y se dio cuenta de que aún no eran las siete de la mañana. ¿Quién demonios iba a molestarle a estas horas un domingo por la mañana? Se puso en pie y, sin importarle que sólo llevara puestos los calzoncillos, se acercó a la puerta.

-¿Quién es?- Preguntó a través de la puerta, no se podía ser demasiado cuidadoso en este barrio.

-Bright, abre. -Sonaba firme y aunque a Win le hubiera gustado decir que lo olvidara, no pudo. Tenía que saber por qué el hombre estaba en su puerta y también tenía ese abrumador tirón de atracción que le exigía abrir la puerta. No podía negarse aunque quisiera, y trató de no pensar demasiado en esa sensación. Este tipo tenía un hechizo o algo así porque no podía negarle nada. Se rió de sí mismo porque sabía que la atracción se debía a su experiencia de anoche. Podía intentar culpar a la brujería, pero al final, era simple lujuria y necesidad.

Win abrió la puerta, todavía en calzoncillos, y se quedó mirando al apuesto y sofisticado hombre de sus sueños. Parecía tan descansado, tan arreglado para ser tan temprano.

Win no pudo encontrar su lengua y continuó mirando mientras Bright se acercaba y lo hacía entrar en el apartamento y cerrar la puerta tras ellos.

- Estás deslumbrante esta mañana, mi amor.- Bright recorrió con sus ojos a Win, observando los calzoncillos y toda la carne desnuda, y Win pudo ver el destello de lujuria en esos fríos ojos cafés.

Win se acercó y cogió un par de sudaderas y se las puso.

-No te vistas por mí. -Bright continuó con sus miradas y bromas sugerentes. Win no estaba seguro de qué hacer. Bright se folló su cerebro y luego lo abandonó la noche anterior y ahora entra en su apartamento como si tuvieran una relación o algo así. Win lo miró con desconfianza y guardó silencio porque no tenía nada que decir. ¿Qué quería?

Bright vio la inquietud en los ojos de Win y le apetecía tranquilizarlo, pero no sabía qué decir. Había planeado esperar a que su vínculo le devolviera a Win, pero a las tres de la mañana era obvio que no iba a esperar nada.
Bright descubrió la dirección de Win y estaba más que preocupado por el barrio en el que vivía su dulce amado. Buscó en su bolsillo y le entregó a Win su teléfono.

-Te lo dejaste anoche. -Observó cómo Win cogía el teléfono y lo dejaba a un lado sin hacer ningún comentario. -Siento que estuvieras solo cuando te despertaste. Tenía que ocuparme de una situación abajo y pensé que volvería antes de que te despertaras. Debería haberte dicho que me iba, la próxima vez lo haré.

-¿La próxima vez? -Win enarcó una ceja hacia Bright. La situación probablemente tenía algo que ver con los matones que Win encontraba en la calle, así que se vio obligado a aceptar la verdad de la afirmación de Bright. Pero incluso sin la prueba, Win tenía la sensación de que el desaire era deliberado.
La sonrisa que cubría el rostro de Bright era feroz y depredadora y provocó un delicioso escalo frío en la espalda de Win.

Bright se acercó lentamente a él y Win se quedó quieto, con los ojos muy abiertos y expectantes.

-Sí, cariño, acabamos de empezar. -Las palabras brotaron de sus labios espesas y sensuales. Bright levantó la mano derecha y apartó el pelo de la frente de Win y dejó que sus dedos se enredaran en los sedosos mechones. -Eres mi amado, Metawin, y lo de anoche fue sólo el principio. -Se inclinó y depositó un suave y prolongado beso en los labios de Win y luego se apartó para mirar fijamente esos grandes y desconcertados ojos color avellana. -Tenemos mucho que discutir, pero primero me gustaría llevarte a desayunar. Quiero conocerte mejor.

Bright siguió hablando y se dio cuenta, por la mirada aturdida de Win, de que probablemente estaba escuchando sólo la mitad de lo que se decía. Estaba allí y era receptivo, así que Bright no iba a quejarse. Win le había dejado entrar y le había dejado explicarse, ahora necesitaba aclarar algunas cosas entre ellos. El desayuno sería su oportunidad para empezar a aclarar quién era él y qué significaba realmente su unión de la noche anterior.