4. Recuerdos

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—Está mañana un terremoto global sin precedentes, recorrió varios estados y naciones donde hizo varios daños —

Se podía escuchar la voz de la mujer que daba las noticias provenientes del televisor mientras Sprite buscaba algo entre sus cajones y sonrió al tener su pequeña espada entre sus manos, la sacó de su funda y la admiro.

—Ese desviante se curo a sí mismo —recordó Sersi muy pensativa —y no tenían ese poder, querían matarnos a nosotros no a los humanos ¿porque?

Ve de reojo a Ikaris quien se acomodaba su chaqueta.

—Vine a ver cómo estás con esto del terremoto, no sabía del desviante

Sersi suspiró.

—Algo le está pasando a la tierra, no parece coincidencia

—Busquemos a los otros —opinó Ikaris

—No he visto a varios en muchos siglos —se cruzo de brazos y recargó en el marco de la puerta de la cocina —

—No creo que hayan cambiando —ella asintió bajando la cabeza, Ikaris remojó sus labios y camino con el eco de sus pasos sobre la madera, parándose frente a ella —perdóname Sersi, por lastimarte —habla sincero —tenemos que estar juntos y en cuanto estés a salvo desapareceré

Dragons los veía curiosa, sin comprender por que a ellos les daba por verse a los ojos. Tanta atención que se daban le daba incomodidad, ya que parecía que se odiaban y después se querían. «Extraños» pensó.

Aunque Ikaris le contó una parte de lo que hacían y del objetivo de su creación ella aún no tenía en claro por qué debían salvar a los humanos, ¿que tenían de especiales?

Sentada sobre la mesa los seguía viendo, queriendo entender su necesidad de entablar conversación y estar muy juntos, comía un poco de gelatina de limón sin dejar de verlos.

Sersi le dio una pequeña mirada y después a Ikaris.

—Hay que ir con Ajak primero, ella sabrá que hacer —sentencia pasándole por un lado

—¿Ya oíste Sprite? Reunión familiar

Sprite veía por la ventana el cómo las gotas de lluvia resbalaban por ella, soltó un suspiro y habló.

—Se habían tardado —

—¿Pues cuántos son? —preguntó Dragons bajando de la mesa

—Muchos —respondió Sprite de mala gana

—Si son como tú ya quiero conocerlos, así no estaré soportando sus aburridas charlas —

Le sonrió divertida y camino para seguir a Sersi quien le dio ropa limpia, aunque estaba un poco floja Dragons la uso.

—¿Por que está viva? —Sprite miró a Ikaris quien se tensó —ella había muerto o según las noticias, en gloriando a alguien que solo cumplió su propósito, ¿que sucedió? —enarca una ceja e Ikaris negó

—Nadie puede matar a Dragons, mas que ella misma —se encogió de hombros y camino detrás de las chicas, pero Sprite sabía que algo sucedía, ella lo presentía

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Babilonia
575 a.c

Las personas corren horrorizadas ante los desviantes que los persiguen amenazando con comérselos, algunos casi son alcanzados, pero una ráfaga dorada pasa tan rápido que nadie la nota, poniéndolos a salvo. Mientras una mujer de cabellos rubios y armadura blanca pelea con uno más, con ayuda de su laza dorada.

—¡Ese era mío! —exclama en modo de protesta Kingo, pero rápidamente se pone en guardia cuando varios desviantes persiguen a las personas a su lado, con ayuda de su brazo sostiene el otro con el cual lanza varios rayos de sus dedos —

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⏰ Última actualización: Jul 13 ⏰

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❷ Hasta mi último suspiró | Natasha Romanoff | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora