Prohibido - Minwon

3

Mingyu

Mingyu detuvo su destartalado Toyota en el camino de entrada de la casa de su padre. Se desabrochó el cinturón de seguridad, pero no se movió para salir del auto. En cambio, se recostó contra el reposacabezas y miró hacia la pared frontal cubierta de enredaderas entre el garaje y el porche delantero.

Su padre tenía un columpio en el porche.

No recordaba un columpio en el porche.

No recordaba muchas cosas.

Mingyu no había abierto la puerta del coche, por lo que la radio seguía sonando. Cerró los ojos, tarareando Taylor Swift hasta que un golpe en la ventana lo devolvió a la conciencia. Se apresuró a abrir la puerta, golpeándola en el estómago de su padre por accidente. Se sonrojó, tapándose la cara y dejando caer la frente contra el volante.

"Caray", exhaló su padre, claramente dolorido y medio doblado. "Es bueno verte también, Mingyu".

Se giró, saliendo del auto y ayudando a su padre a enderezarse.

"Lo siento, papá", dijo. "Me asustaste".

Su padre se aclaró la garganta y respondió con un pequeño encogimiento de hombros, su expresión seria.

"Sinceramente, sin embargo, es bueno verte. Incluso con el golpe".

Él asintió porque, aunque no estaba mal ver a su papá, no estaba seguro si bueno sería la palabra que usaría.

"North Edgewood es más pequeño de lo que recuerdo", dijo en su lugar. "Los pueblos pequeños implican buenos amigos".

"Supongo". Sabía que no estaría en la ciudad el tiempo suficiente para siquiera hacer amigos. Dos meses y luego iría a la universidad. Listo para comenzar el resto de su vida.

"Pasa", dijo su padre, señalando hacia la casa. "¿Dónde están tus maletas?".

"En el maletero".

"Vamos a por ellas. Ábrelo".

Mingyu se reclinó en el auto y empujó el pestillo del maletero. Su padre dio la vuelta por la parte de atrás y agarró su maleta y su mochila, colgándose esta última sobre su hombro y rodando la maleta por el camino a través del jardín.

El jardín.

"¿Siempre has tenido un jardín?", preguntó, cerrando su auto y siguiendo a su padre hacia el porche.

"¿Qué?". Su papá miró las flores que bordeaban el camino y sacudió la cabeza. "No, no siempre. Sin embargo, tiene un par de años".

"No he estado aquí en cinco", dijo.

"¿Ha pasado tanto tiempo?". Su padre subió la maleta por los escalones hasta el porche y abrió la puerta principal.

Mingyu se erizó.

¿Su papá ni siquiera recordaba cuánto tiempo había pasado desde que dejó de venir?

"Sí", Mingyu entró en la casa y su papá cerró la puerta detrás de ellos.

La sala de estar se parecía mucho a lo que recordaba Mingyu. El diseño era el mismo, pero el sofá era nuevo y el televisor era más grande, ahora estaba montado en la pared en lugar de estar ubicado en un centro de entretenimiento de roble como cuando era niño.

"Mucho ha cambiado", dijo su padre.

Mingyu se mordió la punta de la lengua. "¿Mi habitación es la misma?".

"Bueno, es la misma habitación. No es la misma que antes".

Se rió por lo bajo, mirando sus zapatos. "¿Me hospedaste?".