Prohibido - Minwon

8

Wonwoo

Wonwoo se pasó una mano por la parte delantera de la camisa, dándose una evaluación crítica en el espejo de cuerpo entero colocado en la parte posterior de la puerta de su dormitorio. De repente se dio cuenta de la suavidad alrededor de su abdomen, las canas que le habían salido en las sienes y las arrugas alrededor de sus ojos que parecían más profundas que la semana anterior. Se inclinó y las estiró suavemente, preguntándose si siempre habían estado allí o si se habían desarrollado recientemente. Había perdido el sueño por la ruptura con Changkyun, pero no podían haber surgido de la noche a la mañana. Era más probable que su extraño interés por un chico de dieciocho años le hubiera hecho darse cuenta de su edad.

Treinta y cinco nunca se había sentido tan viejo.

Al otro lado de la casa, oyó que se abría la puerta corredera. Wonwoo suspiró y apagó la luz, caminando descalzo hacia la parte de atrás donde sabía que estaría Jisung.

"¿Cómo te fue en el trabajo?", preguntó, pasando a su mejor amigo y entrando a la cocina. Descorchó una botella de vino y se sirvió una copa.

"Innecesario", dijo Jisung, sentándose a la mesa. "¿Cómo estuvo Mingyu?".

El aliento de Wonwoo quedó atrapado en su garganta y, sin pensarlo, frotó su dedo sobre las patas de gallo alrededor de la esquina de su ojo izquierdo.

"Consiguió un trabajo", respondió Wonwoo.

"¿Qué?". Los ojos de Jisung se abrieron. "Él no me lo dijo".

"Seojoon lo contrató en la librería".

Ante la mención del nombre de Seojoon, las fosas nasales de Jisung se abrieron rápidamente. Wonwoo entrecerró los ojos y levantó su copa de vino para otro trago.

"Se va en menos de dos meses", dijo Jisung.

"Seojoon está al tanto de la situación, aunque no sabía que tenías un hijo".

Jisung se puso de pie y se unió a él en la cocina, sirviéndose una copa de vino antes de darse la vuelta y apoyarse contra el fregadero.

"No había salido el tema", murmuró Jisung.

Wonwoo levantó una ceja, su curiosidad sobre la naturaleza de la relación de Seojoon y Jisung alcanzando su punto máximo con cada micro cambio en la expresión de Jisung ante la mención del otro hombre.

"¿Qué pasó entre ustedes dos?", Wonwoo presionó.

"Nada bueno para nadie". Jisung se aclaró la garganta. "Gracias por cuidar a Mingyu hoy".

"¿Cambio de tema, entonces?", Wonwoo se rió entre dientes y terminó la pequeña cantidad de vino que había servido en su copa. "Está bien. Y de nada, pero yo no hice nada. Lo llevé a la ciudad y le compré un poco de té, y luego Seojoon hizo prácticamente el resto".

"Bueno, igual".

"Puedes agradecer a Seojoon". Wonwoo vio que las mejillas de Jisung se sonrojaban ante la sugerencia.

"¿Crees que estará en casa de Wonho esta noche?", preguntó Jisung.

"No sé. Probablemente no".

Los hombros de Jisung se hundieron.

"Pero tal vez". Wonwoo sonrió, amando la miseria de Jisung. "¿Estás listo?".

Como era sábado, tenían una invitación permanente a la casa de Wonho, pero cualquier evento que había planeado para esa noche era más pequeño que el fin de semana anterior. Hubo momentos en que Wonho abrió las cosas a la comunidad en general y algunos eventos se redujeron a su grupo principal de amigos.