APARIENCIAS [Daddy and Baby Boy] [Gay]

05

"Invitados inesperados".

—¡Ya llegué!

Eran las 7 de la tarde, hora en la que el mayor llegaba a casa después de un largo día de trabajo.

Aquella era la hora favorita de Víctor, podía llegar a casa, relajarse y pasar el resto de tiempo que quedaba de la tarde con su lindo novio, su parte favorita. Eran pocos los días que podía salir temprano del trabajo, aún siendo el jefe.

—¿Bebé?— el pelinegro no encontró al castaño ni en la cocina ni en la sala del penthouse. Se dirigió a la habitación, tal vez había vuelto a preparar una de sus "sorpresas" (Cosa que no se quejaría si fuera así), pero de igual forma se sorprendió en no verlo ahí tampoco.

Fue devuelta a la sala, recordaba perfectamente que Nico le había mandado un mensaje cuando ya había llegado a casa, por lo que volvió a sacar su teléfono para así poder llamarlo.

—¡Papi!— pudo sentir el peso del menor descargarse contra su espalda y como lo abrazaban fuertemente.

—¡Nico!—se sorprendió al sentirlo, ni si quiera lo escuchó venir, pero sintió un gran alivio al descartar la idea de que se había escapado... Otra vez.

El mayor se dio la vuelta y alzó a su novio por las piernas en un emocionado abrazo.

—¡Wow, más cuidado, grandote!— el chico se asustó por la forma repentina en la que sus pies dejaron de tocar el suelo. Vió como el pelinegro ocultaba la cara en su pecho y lo abrazaba aún más fuerte —¿Sucede algo?

—Solo... Tuve un día muy pesado y cuando no te encontré creí que te había pasado algo— dejó lentamente al chico en el suelo, aún sin separar el abrazo.

—Lo siento mi amor, estaba en el baño y no te escuché llegar...— pasó sus brazos por la espalda del mayor mientras apoyaba su mentón en el pecho de éste, mirándolo y haciendo un puchero con los labios.

El gesto enterneció al hombre, quién besó la pequeña mueca de su novio.

—Ya no importa...— Siguió dando cortos picos en los dulces labios de oji-verde.

Los piquitos pasaron a volverse besos y las caricias tiernas se volvieron manos inquietas que intentaban colarse por la ropa, buscando la piel. La situación si que estaba escalando rápido.

—Hoy de verdad que fue un día... Estresante.

La voz del mayor se escuchó más gruesa y ronca, mucho más sexy que cuando se levantaba, si se lo en preguntaban a Nico.

—Pues... Creo tener la manera perfecta para liberar todo ese estrés de mi papito...

Nico jaló el cuello de la camisa se su novio hacia atrás, haciendo que ambos cayeran sobre el sillón de la sala. Victor besó la piel expuesta del menor y levantaba la remera para acariciar su cintura, mientras que Nico tomaba lugar entre las piernas del mayor, frotando la entrepierna de este con sus muslos.

Justo cuando Nico desabotonada la camisa del mayor, sonó el timbre del apartamento. Ambos miraron hacia el pequeño aparato junto al ascensor, preguntándose quién podría ser.

—¿Quién puede ser?- preguntó el menor.

—Ni idea.

—¿Esperabas a alguien?

—¿Intentaría cogerte si estuviera esperando a alguien?

—Buen punto...

—Dejalo, si no contestamos, se terminarán yendo ¿En qué estabamos, bebé?