Olivia
No creo lo que estoy viendo o más bien, no creí que vería algo así aunque era obvio que con la reputación de Zack esto tenía que pasar, pero me mentí, imaginando que él era diferente y...no, simplemente es decepcionante y sólo confirma mis sospechas sobre...Lottie.
— Me tengo que ir. — Suelto de golpe y me levanto de las gradas sin siquiera mirar atrás.
Camino con mis manos empuñadas hacía el baño y una vez allí me cercioro de que no haya nadie para cerrar la puerta y caminar de un lado a otro.
Me miro en el espejo y suelto una risa amarga.
— ¿Para qué te engañas? — Me pregunto a mi misma.
Estoy vestida como una castaña que aparenta ser algo más que sus malditas inseguridades, con el cabello cepillado y a la moda, luciendo las estúpidas curvas que no tengo con un top que deja al descubierto parte de mi abdomen e intentando mantener algo de mi misma con el pantalón ancho y esas zapatillas Converse de color negro que me recuerdan a mi mejor amiga y ni hablar de la maldita chaqueta de color verde oscura que justo ahora me doy cuenta que combina con el cárdigan...y es que es estúpido.
Yo, Zack, las chicas...todo está mal.
Nada de esto debería ser así, yo debería estar calmada e indiferente ante lo que él haga o no, sin embargo, hay algo en mi pecho que duele y no sé que es...aunque podría ser la confirmación de mis dudas.
— ¿Sabes lo que hace una persona cuándo está enojada? — Peter pregunta desde afuera.
¿Cómo supo que estaría aquí?...¿será que es un psicópata?
— ¿Por qué me seguiste? — Pregunto.
— Contestar una pregunta con otra es de...
— No, no sé que hace una persona enojada, ni quiero saberlo. — Le digo antes de que termine de hablar.
Escucho como ríe.
— De igual manera te lo diré ¿ok?
— Está bien. — Me acerco a la puerta y me siento en el suelo abrazando mis rodillas.
— Las personas enojadas toman malas decisiones y luego se arrepienten de ellas, sin embargo, existen las malas decisiones que se convierten en los actos más valientes. — Suspira. — No tengo idea de lo que te pasó, ni el por qué de tu enojo porque te conocí hace menos de dos horas, pero si sé algo...y es que la manera en la que miras a ese chico...Zack, es especial y si él no sabe valorarlo, puede ser porque no sabe nada...o porque está muy ciego, pero hay algo que puedes hacer para remediarlo.
¿Qué debería saber Zack?
— No estoy enojada por eso. — Contesto con simpleza y más calma. — Sólo estoy cansada de imaginar lo mejor de las personas y luego darme cuenta de que no son, ni serán lo que pensé...con Zack me pasó eso, él tenía una reputación y pensé que cambiaría...pero hoy...me demostró lo contrario...y en parte es mi culpa, porque nadie me engañó...si no que fui yo misma.
— Puedes solucionarlo...— Peter murmura.
Me levanto del suelo y abro la puerta del baño.
— ¿Cómo? — Le pregunto.
Él suelta una carcajada.
— ¿De verdad quieres saberlo? — Enarca una ceja.
Con ese gesto de diversión se parece tanto...no, estoy alucinando.
— A ver Peter, no sé quien eres, ni por qué estás hablando conmigo en estos momentos, pero no soy quien crees...no quiero que te pase lo que me pasó con Zack y te aseguro que lo que sea que creas que puedo hacer...servirá.
ESTÁS LEYENDO
El club de los cupidos negros [✓] - Las flechas de Cupido #1
Teen FictionLibro #1 de la Bilogía Las Flechas de Cupido. Conocer a alguien es un poco difícil, porque muchas veces las personas ni siquiera se conocen a sí mismas y mucho menos dejarán que alguien conozca completamente sus peores defectos, eso era lo que Olivi...