Olivia
Pueden decirme paranoica, pero creo que me observan.
He caminado sola por casi treinta minutos a través de los alrededores de las cabañas y tengo la sensación de que alguien me sigue y me vigila.
Sé que caminar sola cerca de un bosque no es lo más seguro del mundo, pero tampoco debería sentirme así y mucho menos si llevo más de dos años estando sola y siendo lo más independiente que puedo llegar a ser.
Volteo a ver hacia atrás esperando a que sea Zack y recuerdo que me ha guardado un secreto que nadie debería guardarle a la persona que le gusta.
Lastimosamente, no es Zack, pero sí es...no...esto es un sueño...tiene que serlo.
Dorothy.
— Oli. — Murmura y luego me abraza.
No soy capaz de responder a su abrazo y mucho menos puedo hablar, porque su presencia me ahoga en recuerdos dolorosos.
— Estoy aquí...Oli...¿no estás feliz? — Pregunta curiosa luego de terminar con el incómodo abrazo.
Tal vez solo fue incómodo para mí, porque ella está sonriendo.
— ¿Cuándo saliste del psiquiátrico? — Es lo único que digo.
Mi voz sale más fría de lo que debería y no me entiendo.
Ciertamente, debería estar feliz, pero hay algo en la presencia de Dorothy que me parece siniestro.
— Hace menos de un mes. — Un hoyuelo se forma en su mejilla cuando sonríe.
— Nunca me dejaste verte. — Mi voz se entrecorta por el nudo en la garganta que se me ha formado.
— No quería que me vieras mal. — Baja la mirada y luego vuelve a mirarme a los ojos y sonreír.
Detallo sus iris ambarinos y como su cabello a pasado de ser castaño oscuro a un rubio claro.
— Lo siento, pero no entiendo que haces aquí...¿no estás asustada? ¿no tienes demasiado miedo de volver a ser lastimada? — Sé que las preguntas no son las adecuadas para una persona que ha sufrido de depresión y ha intentado suicidarse, pero estoy muy nerviosa para contener mis pensamientos en mi mente.
— No Oli, la única que parece tener miedo eres tú. — Me detalla.
Mi rostro debe parecer un poema.
— Han pasado dos años...casi tres. — Muerdo mi labio inferior. — Ahora somos extrañas...no sé como hablar contigo sin sentir que no te conozco...aunque si lo haga.
Recuerdo cuando ocultó las últimas cartas del chico desastre...de Zack.
— No digas eso. — Frunce el ceño. — Tú has sido mi motivación para salir adelante.
— Y tú has sido mi ancla para hundirme más y más en la tristeza...Dorothea, sé lo que hiciste...
Ella fingió...mintió...y nos usó como su títere.
— ¿En serio? — Enarca una ceja. — ¿Qué fue lo que hice?...o mejor dicho, ¿qué fue lo que tú no pudiste hacer por mí?
Me rio.
— No me culparás luego de lo sucedido, aunque no lo creas, recuerdo perfectamente cuando Mike Thornhill reveló tu secreto...asesinaste a su hermana. — Mis manos tiemblan.
— Fue accidental. — Su gesto es de enojo, pero sus palabras tiemblan. — Ella se cayó sola a la piscina.
— Tú la tiraste contra el bordo y luego ella murió desangrada y ahogada. — Le acuso.
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El club de los cupidos negros [✓] - Las flechas de Cupido #1
Teen FictionLibro #1 de la Bilogía Las Flechas de Cupido. Conocer a alguien es un poco difícil, porque muchas veces las personas ni siquiera se conocen a sí mismas y mucho menos dejarán que alguien conozca completamente sus peores defectos, eso era lo que Olivi...