Del Odio Al Deseo (Jake X Phill)

Yo seré tu pilar

Jake salió de la habitación de Phil y pasó por un lado de Ángela saliendo del departamento, el menor de los hermanos solo se limito a ir a la cocina y tomar un vaso de vidrio bajo y servir una bebida que Ángela no pudo identificar en ella.

–No voy a beber tus mierdas–

–No te estoy ofreciendo nada...– dijo Phil sin dirigirle la mirada, solo se concentró en el vaso entre sus manos.

–Philippe... No quiero que termines así, solo eh infeliz, estás al borde de la bancarrota... ¿Por qué no te casas con Sarah? Es la hija del alcalde y ella está súper enamorada de ti y su padre hará cualquier cosa que ella le pida.–

Phil comenzó a reír con ironía y molestia. –¿Y crees tú, que teniendo un matrimonio falso, el cual solo me va a salvar de una "bancarrota" me hará "feliz"? Eres una estúpida si piensas eso...–

Angela soltó un bufido de enojo, se acercó a la barra y se recargó mirando fijamente a su hermano menor.

–Es el último consejo que te doy, tómalo o déjalo...–

–Puedes meterte el consejo que claramente no te pedí por el...–

Antes de terminar Jake volvió al departamento, en silencio total abrió lo que parecía ser una chequera estilo "business" de color negro con su nombre escrito en dorado, llenó los párrafos correspondes, Ángela solo lo observó en silencio, reconoció el banco extranjero al que pertenecían aquellos papelillos.

—Y dime, ¿Crees que soy idiota? Se que no tiene fondos.—

—puedes ir al banco si quieres, tiene fondos, eso y más...— dijo arrancando el talón y deslinzandolo sobre la barra en dirección a ella. —Si no te largas de aquí... No dudaré en dispararte...—

Jessy había hablado con Ángela sobre el tipo de hombre que era Jake, si, era peligroso... Pero, ¿Tanto como para amenazarla frente a su hermano?

–No me retes, créeme que soy peor que una piedra en el zapato cuando alguien me hace enojar... No creo que me quieras ver enojado–

El ambiente se tensó en cuestión de segundos, las miradas de ambos se amenazaban entre ellos, pero Ángela no podía ocultar su miedo, sus ojos eran una ventana abierta a la sensación de presa.

–Me voy– dirigió la mirada a su hermano, quién solo se encontraba recargado en la barra de la cocina. –No quiero que me busques cuando este sujeto se aburra de ti, entiende que gente como tú nunca... NUNCA será feliz, Philippe...–

La mujer salió hecha una furia del lugar, sin mirar atrás, solo azotando la puerta y caminando con pasos pesados y rápidos por las escaleras, llamando inmediatamente la atención de la vecina de abajo la cuál se asomó por la ventana.

–¿¡Que mierda me ves!?– gritó asustando a la mujer, quién inmediatamente cerró sus cortinas. –¿Cómo se atreven...? Esos dos... Putos fenómenos...– murmuraba entre dientes mientras se dirigía a su auto.

Phil sintió que el aire le regresó a los pulmones... La visita de alguien inesperado y más si es de tu familia puede ser más que incómoda, es asfixiante... Jake solo prefirió no empeorar la situación, se acercó a el con una mirada de simpatía en sus ojos, lo abrazó y dejó que Phil se tomará el tiempo que necesitará para calmarse, Ese mes no había sido el mejor, aunque Angela era el menor de sus problemas.

–¿Mejor?– preguntó Jake aún acariciando la espalda de Phil.

–Si, estoy mejor, eso creo.–

Los brazos de Jake se habían convertido en un lugar seguro en poco tiempo y viceversa, cupido los había flechado de una forma extraña y peculiar, pues a pesar de haber comenzado con el pie izquierdo y no poder tener una conversación que no tuviera un par de insultos de por medio; ahora ahí en la intimidad de sus brazos dos corazones latían abrazados por la calidez del amor.

–Nunca cometas la estupidez de volver a amenazar a alguien frente a mi.– dijo el menos con un tono burlón y una rodilla nasal entre frases.

–No prometo nada.– respondió Jake.

[...]

El sol salía nuevamente entre las espesas nubes grises de Duskwood, anunciando consigo un día frío y plausiblemebte lluvioso, nada nuevo en la zona, nada nuevo en aquel pueblo oculto entre lares de pinedos y coniferas.
A su vez el sonido tenue de las avesillas que perezosamente salían a pesar del mal tiempo rompían el silencio de aquella casa, en la que Lily cansada y ojerosa se ponía de pie muy a su pesar ante el insesante pitido de su alarma que anunciaba que pronto debería irse a trabajar.

–No quiero ir...– murmuraba perezosamente caminando hasta el buró en el que tenía su móvil.

La rubia tomó el aparato y lo apagó en un solo movimiento logrando ver la fotografía de su fondo de pantalla... Una hermosa fotografía de Thomas, Hannah y ella en una fiesta de navidad, Dejó de lado su celular y tomó su ropa para prepararse para tomar un baño, rebuscó en sus cajones un cambio perfecto que se adaptará al clima y a su comodidad, una vez estuvo comoda con el resultado tomó su toalla y salió de su habitación en dirección al baño; sin embargo un objeto duro y veloz se dirigió a su cabeza golpeándola duramente...

Su vista borrosa trataba de buscar al agresor mientras su cuerpo se hallaba en el suelo, adolorido y desubicado, sin embargo, antes de poder apreciar a su agresor una pesada bota de cuero se posó en su mejillas presionado fuertemente su rostro contra la fría madera del suelo.

–Shh... Calma, pequeña Lily... Ya estás en mis manos...– dijo aquella voz conocida para después arremeter por segunda vez contra su cabeza llevándola está vez a la inconciencia total...