Vercheol - Mucho

94 11 1
                                    

Sonrió ligeramente, recibiendo la misma cortesía de vuelta. Sus ojos decidieron mirar hacia otro lado, evitando cualquier contacto visual. Trago saliva antes de cerrar la puerta del apartamento por completo. Cuando su novio se alejo lo suficiente no pudo evitar formar una mueca de incomodidad.

Era de noche, tal vez rondando las once o una hora próxima. Todo estaba en silencio, más de lo que pensaba. Colgó su abrigo, como es de costumbre, en el colgado sujeto el pared del pasadizo que da en tres direcciones. La derecha da a la sala; la izquierda, la cocina y la del frente al único cuarto donde al lado del mismo se encuentra el único baño. Su novio entra a la cocina, mientras él solo observa lo desde el pasillo.

— Es muy tarde. — Le comenta abriendo unos gabinetes. — ¿No deberías estar en casa?

— Jun está de guardia y Seungkwan se fue a una pijamada. — Se queda parado en el umbral de la puerta, recostado y nervioso. Juega con sus dedos, analizando las acciones de su novio.

Por más paranoico que sea, no puede cambiar la idea que su novio tiene una belleza incomparable y única que obliga a su parte adolescente a admirarlo con más hormonas que cabeza o raciocinio. Su novio sonríe de lado, algo que no suele suceder amenudo. Hansol se incorpora en el hueco de la puerta quedando ergido con la mirada sumida al suelo, despagado de la pared y su conciencia. Escucha la bisagras de otros gabinetes, y por último un chorro de agua que choca con un envase de metal vacío.

— Ya veo... — Cierra la llave del agua, colocando la tetera en la hornilla de la cocina. — Debió ser un largo camino, ¿Te parece si vemos algo? — Hansol no dijo nada, su novio tomó de su mano y lo jaló a la derecha. Sentó a Hansol y él se sentó a su lado con una pierna en el suelo y otra contraída a su pecho. Enredó su brazo en la de Hansol pero, sin pegar su cuerpo al de Hansol. Con un brazo estirado a Hansol y otro encima de su estómago, su novio prendió el televisor.

Entonces su novio comenzó a hablar, de algo que no pudo entender por estar en sus pensamientos. La voz de su novio estaba lejos y la otra le martillaba la cabeza con más preguntas que respuestas. Ni si quiera estaba viendo la televisión, pasó a ser una luz que iluminaba el rostro de su novio, dándole protagonismo visual. Sí, estaba mirando a su novio, como sus labios se movían y sus ojos miraban la televisión y de vez en cuando tenían un mínimo contacto visual que su novio parecía evitar en cualquier aspecto.

Hansol respondia ligeramente, una afirmación, una negación o... duda. Su mente sólo podía enfocarse en la ligera sonrisa de su novio, en su risa, en las bromas o pequeñas acciones que lo despertaban por momentos, para luego seguir desconectado y perdido entre esa voz que le hablaba en su oído izquierdo, interfiriendo con su concentración.

— Idiota. — Abrió ligeramente los ojos, mirando fijamente a su novio. — ¿Por qué vas a estar aquí si ni si quiera me vas a poner atención? — La queja de su novio lo desconecta un solo segundo. — Si vas a venir, no vengas por obligación, ¿O acaso ni si quiera querrías verme? — Siguió sin decir nada, desconectandose una vez más pero, esta vez sin opción a volver. Su cuerpo se congeló y la mano de su novio apretó su brazo en busca de respuestas. — ¿Es eso? ¿Ya no me amas? — Realmente su cerebro no respondía, juraría que solo podía escuchar más o procesar la imagen de novio que al parecer lloraba ligeramente. — ¿No lo vas a negar?

Trato de concentrarse y evitar que la voz le dijera algo que le distraiga. Cuando proceso la imagen de su novio, pudo ver la tristeza en ojos aguados, más no muchas lágrimas. Mordió sus labios y trató de respirar con tranquilidad pero, simplemente se alejo un poco de Hansol.

En su mente todo era un caos, un huracán que lo absorbió. El escuchar a su novio le hizo darse cuenta que el no estaba allí, no como antes. Y sin darse cuenta, había sido sepultado por si mismo. Escuchó a lo lejos el pitido abrupto y ruidoso de la tetera, despertándolo.

Abrió los ojos con sorpresa, y ahí estaba. Su novio dormido en su hombro, con los pies en el sofá y Hansol sentado. El televisor se apago, tal vez por el temporizador, asustandolo un poco.

— ¿Hansol? — Preguntó atontado, moviendo su cabeza. SeungCheol lo miró con los ojos entrecerrados, sorprendido por el sudor que recorría el rostro de Hansol.

— Lo siento por despertarlo... — Se disculpo mas SeungCheol sonrió y se acomodo en el sofá, recostandose en las piernas de Hansol.

— Esta bien, igual deberíamos ir a la cama. — Con su dedo pulgar limpio algunas gotas de sudor que caían por la frente de Hansol. — ¿Hace mucho calor?

— Estamos en invierno. —

— ¿Entonces que tal si tomamos algo antes de dormir? — Hansol sonrió un poco, acariciando la mejilla de SeungCheol.

— Sí... — Los labios de Hansol temblaron y los de SeungCheol formaron una sonrisa. — ¿Quiere saber algo curioso?

— ¿Sobre qué?

— Algunos datos curiosos que tenía en mente.

— Dilos antes que me duerma.

— ¿Sabía qué? ... — Se acercó al rostro de SeungCheol, lo más que pudo porque de todas formas su espalda no es muy elástica. — ¿Qué lo amo mucho?

Una risa nerviosa se le escapó a SeungCheol y provocó una sonrisa en el contrario. SeungCheol se acercó y le dio un beso corto, y estando aún cerca le preguntó:¿Mucho, mucho?

— Demasiado. — y eso fue suficiente para un SeungCheol enternecido sentado en las piernas de Hansol, le empieza a dar besos cortos que le hicieron olvidar las malas experiencias y ese horrible delirio.

Compendio del VerCheol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora