Amor Obsesivo [Akame ga kill/Citrus]{Akame x Yuzu)

VIII

Pasaron varias horas desde que Yuzu y Akame salieron, ya eran las tres de la tarde pero a pesar de haber pasado un total de nueve horas, Mine, la portadora de la Teigu Pumpkin, se encontraba bastante nerviosa por la decisión que tomo Yuzu tan repentinamente ese día, pero lo estaba más por el hecho de que Akame la acompañara, temía que Akame pudiera hacerle algo a Yuzu en aquel mes de viaje hacía los reinos del norte. 

Najenda sacó a Mine de sus pensamientos dando un llamado urgente. Resulta que hacía ya varios días se han dado reportes de alguien que decapita a las personas por las noches ¿Su nombre? Zank, el verdugo. La misión de Night Raid era terminar con la vida de aquel individuo lo antes posible, el único problema aparente era que aquel tipo era demasiado fuerte, y sin Yuzu ni Akame para apoyarlos, la misión sería bastante difícil y eso era lo que preocupaba a Najenda en ese instante. 

Para esa misión, Najenda pidió a Leone y a Bulat ir tras Zank ya que estos podrían contrarrestar la fuerza de Zank pero el problema era la posible Teigu que podría poseer así qué por eso es que Mine los estaría cuidando de lejos con su Teigu en caso de que todo se salga de control. Una vez el equipo ya formado, todos fueron a la capital en la noche, exactamente a las ocho y veinte con la esperanza de poder terminar la misión con todos sus integrantes, al menos, vivos.

En cuanto a Yuzu y Akame, ellas ya habían salido de las murallas y luego de alejarse un poco se dirigieron hacía el norte. 

Yuzu: —saca el mapa que les dio Najenda— ¡Muy bien! Entonces... Ehmmm estamos aquí —apunta en la sección media del mapa— Y tenemos que ir hasta... ¡Aquí! —apunta a un reino en la zona de nieve del mapa— Eso nos tomaría...

Akame: A pie unos 18 o 20 días, claro sin ningún contratiempo y sin tener en cuenta las horas de sueño o de descanso entre aldeas

Yuzu: Básicamente todo nuestro viaje «Además no se que tan difícil sería convencer a aquella persona y además sumándole el regreso...» Debimos coger caballos

Akame: No te preocupes —avanza unos pasos y apunta al frente—. A unos kilómetros en esa dirección encontraremos una aldea —mira a Yuzu y sonríe—, estoy segura que encontraremos algún medio de trasporte allí.

Yuzu sonrió al escuchar lo que dijo Akame y luego se acercó a ella.

Yuzu: Bueno ¡Vamos! 

Akame: Si —agarra la mano de Yuzu— 

Yuzu se sorprendió por el repentino contacto de Akame así que se separó rápido y eso hizo que Akame se sintiera mal.

Akame: ¿Yu-Yuzu, qué sucede?

Yuzu: Ehh n-no pasa nada, esta bien 

Akame: Entonces... —extiende su mano— ¿Podrías tomar mi mano?

Yuzu: ¿Uhm? ¿Po-Por qué?

Akame: Solo... Solo me gustaría tomar tu mano y ya, solo es eso

Yuzu: «Bueno, no es tan malo...» —agarra la mano de Akame lentamente— «Solo caminaremos tomadas de las manos y ya, no hay nada de malo...» —comienzan a caminar— «¿Verdad?»

Yuzu y Akame caminaron la mitad del camino tomadas de las manos y la sonrisa en el rostro de la asesina de ojos rojos no se desvaneció ni aunque hubieran llegado a aquel pueblo.

El pueblo era algo pequeño y se notaba que sus habitantes eran pocos, quizá unos cientos de personas se encontraban en ese lugar. En el pueblo destacaban ciertas tiendas y un pequeño bar en el cual, justamente, habían un par de caballos amarrados a los cuales Yuzu les pegó el ojo.