La puerta giró poco a poco, dejando en el ángulo de visión un garaje para dos coches lleno de estanterías y trastos. Al fondo se adivinaba una puerta. La luz estaba apagada, y las linternas acopladas a las pistolas barrían la estancia indecisas.
— ¡Nada! Puerta al fondo ¡Adentro!— Ladró Brujo mientras con el hombro izquierdo daba un empujoncito a Taco.— A la derecha.
Inclinados hacia delante como boxeadores, con las pistolas apuntando al frente, entraron.
Movieron las linternas de un lado a otro hasta que se les antojó que ya habían echado el primer vistazo de "todo tranquilo" de rigor.
Las paredes estaban pintadas con un esmalte brillante de color vainilla. En la pared del fondo había una puerta. En el suelo, productos de limpieza se amontonaban desordenados alrededor de las estanterías. Rollos de papel higiénico estaban esparcidos alrededor, algunos impregnados de un líquido de color indefinible, probablemente proveniente de la enorme mancha del suelo donde varios botes de detergente estaban abiertos.
— Joder, esto es un follón de tres pares de cojones.— Murmuró Animal mientras le guiñaba un ojo a Chinche.— ¿Donde esta…?
— ¡Chitón!, aquí hay algo.— Ordenó Taco mientras se acercaba a la puerta seguido de Brujo.
Hizo rodilla en tierra y se inclinó de lado apoyando una mano en el suelo, examinando de cerca la rendija inferior de la puerta.
— Mira Brujo... sale luz por debajo y parece que hay una sombra.
Brujo hizo una señal a Animal.
— Ven para acá Animal, Chinche quédate en la puerta basculante.— Susurró en la penumbra.
La luz que se filtraba por el fino espacio no parecía eléctrica.
Chinche volvió a salir al ancho pasillo de entrada de los garajes. Siempre le hacían lo mismo. Era un alivio ser el compañero del tipo más grande de la unidad, siempre llamaban a Animal para los trabajos duros. Se quedó observando con atención a sus camaradas. Taco tenia pegada la oreja a la puerta, que parecía de madera normal, Animal le estaba proponiendo a Brujo tirar la puerta abajo. Brujo era un buen tío a pesar de ser jefe, posiblemente el año que viene lo meterían a trabajar en las oficinas, a la tranquilidad, eso es lo que quería Chinche, tranquilidad.
Animal sacó un cuchillo y se acercó a la puerta, "hay que ver que bruto es" pensó Chinche "con el cuchillo no hará que salte el pestillo se lo explique ayer, el resbalón se hace con un trozo de plástico duro..."
Un rumor llegó a sus oídos. A Chinche le pareció un fuelle, venia del garaje de al lado, que también estaba abierto. A parte de los murmullos de sus compañeros no se oía nada más. Se acercó iluminando sus pasos con la linterna.
Parecía que algo tragara aire lentamente y luego lo expulsara. Chinche había llegado al marco de la puerta basculante del garaje del vecino. Siguió avanzando, incluso con más cautela para no resbalar, porque el suelo era una mezcla pringosa de polvos de lavadora con jabón en gel mezclado con papel higiénico, dándole un aspecto muy resbaladizo al suelo.
— Esto funciona seguro.— le dijo Animal a Brujo, mientras acercaba a la jamba de la puerta un machete de veintidós centímetros que había sacado del porta equipo.
— ¿Que cojones haces?.— interrogó su jefe.— no puedes ponerte ahora a desmontar la puerta pieza por pieza, no hay tiempo.
— No tengo otra manera de abrirla, hace unos días Chinche y yo abrimos la puerta del despacho del capitán.
— ¿Y el capitán lo sabia?.— Interrumpió Taco.
— Nahh, fue una apuesta entre nosotros.
— No es momento para que me cuentes una de tus anécdotas.— Le interrumpió Brujo.