Antes que nada, debo aclarar que esta no es una serie de libros sobre zombis (aunque los haya). Aún así, gracias por llegar hasta aquí. Pretender que un libro sea de zombis sólo porque entre las páginas aparecen estos engendros, es como afirmar que los catálogos de tangas son revistas de tías en topless; o que el tiro al pato de la feria de mi pueblo es un muestrario de armas. Bueno, lo ideal podría ser una revista de tías en pelotas disparando escopetas y matando zombis. Reflexionaré sobre ello.
Solemos catalogar a los muertos vivientes como algo abominable que causa terror entre los humanos. Eso puede ser cierto. Hace muchos años, Mary Shelley escribió Frankenstein, un monstruo construido con pedazos de cadáveres y devuelto a la vida mediante una descarga eléctrica. En su época fue una novela terrorífica, pero si lo miramos bien, no es más que ciencia ficción, de la misma manera que Julio Verne escribió "Viaje a la luna" y cien años después el hombre pisaba el satélite.
Imaginemos por un momento a un hombre al que después de un accidente de circulación, le han tenido que implantar unos cuantos clavos y tornillos de titanio, además de haberle sido reinsertada la mano, ya que sufrió una amputación. Este señor esta en un centro comercial (obviamente ya recuperado de las heridas) y por cosas de la edad, y posiblemente por una dieta poco equilibrada, sufre un paro cardiaco.
A los pocos instantes aparece una ambulancia y entra en escena un paramédico cargando un desfibrilador. Tras apartar al corrillo de curiosos, aplica un par de descargas eléctricas y el corazón del paciente vuelve a latir . El paramédico levanta los brazos al cielo y grita "¡Esta vivo!".
¡Ahí lo tienes! La novela convertida en ciencia ficción y la ciencia ficción en realidad.
No es exactamente como lo había descrito en el pasado Mary Shelley, pero el transfondo y la esencia son los mismos.
En una época donde "la evolución de las especies" se ha sustituido por "la mutación genética". Donde la biotecnología no es una teoría discutida sino una realidad que mueve billones de dólares. En un mundo donde aproximadamente cada tres años virus desconocidos hasta la fecha causan alertas mundiales. Donde los gobiernos no controlan a los laboratorios, o aún peor, los laboratorios son controlados por los gobiernos. Hablar de zombis es más que terror, es ciencia ficción, que podría ser realidad mañana o quizás la semana que viene.
Porque al fin y al cabo, los zombis serán lo único que quede de nosotros... cuando hayamos muerto.
A ti, que no te gustan los zombis, seguro que a ellos les encantas.
D.S.