★Mi Lindo solecito★ - SanTake

Capítulo II - «Estoy enamorado»

«El día que te conocí fue el mejor día de mi vida»
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Una risa alegre y contagiosa resonaba por todo el ambiente del parque. La primer anécdota que le había contado su solecito era tan graciosa.

— No puedo creer que hayas eso, Takemichi, ¿En verdad eres todo un héroe de primera? Jajaja — se rió levemente, para evitar el dolor reciente en sus cicatrices.

— ¡Haru, deja de reírte! no tiene nada de gracioso — hizo un lindo puchero de enojo — Yo soy un héroe... — susurró para si mismo, mientras se voltea para no verlo.

— Lo siento Takemichi, no te enojes conmigo. Sólo estaba bromeando — le sonrió acariciando su suave cabello oscuro — hay que tener agallas de héroe para tirarse a una alcantarilla y salvar alguien que terminó siendo sólo un peluche jajajaja — explotó de risa, mientras recibía leves golpes por parte del menor de sus latidos.

Luego que Haru le pidiera millones de disculpas a Takemichi; este le perdonará, ambos acordaron volverse a encontrar en este parque, todos los días de su vida.

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Un leve silbido alegre resonaba por la fría
noche, estaba feliz y no podía ocultarlo. Al ingresar a su casa se encontró con su hermano mayor todo furioso, por haber desaparecido durante todo el día sin avisar.

Bueno en teoría ya era de noche, pero quién contaba las horas cuando estabas frente a un ángel.

En eso oyó unos fuertes latidos en su pecho al recordar la linda sonrisa de Takemichi en su imaginación.

«Que raro, otra vez este sentimiento. ¿Será Arritmia cardíaca?»

Haru sólo se concentro en el bombeó anormal de su corazón, mientras ignoraba los regaños de su hermano mayor.

— Me estás oyendo, Haru... ¡Haruchiyo! — gritó en su oído del pelicenizo despertando lo de su ensoñación excesiva — otra vez me estás ignorando como siempre, ¿En qué tanto piensas?

— Nada en particular — una sonrisa boba se asomó en su cara — sólo que mi hermano mayor tiene toda la razón. Lamento no haberte avisado de mi salida, no lo volveré hacer hermano.

— Está bien, ve a tu habitación. Luego los llamo para cenar — Haru asintió súper contento en camino a su pieza, dejando a Takeomi en un bloqueo mental — ¿Y a esté que bicho raro le habrá picado? En fin, hora de hacer la cena.

En camino a su habitación, Haru se detuvo en la puerta de su hermana al verla llorar tan lastimosamente.

— Senju, puedo entrar — pidió amablemente.