Se sentó, ¿Qué podía decir? Había metido la pata, en ningún momento tras conocer a Arthur había pensado que era una persona peligrosa, el peligroso solía ser... bueno, la persona a la que se le había declarado hacía muy poco, ¿puntería? No exactamente, sabía perfectamente como era él desde el principio, debía de estar loca, completamente loca, exhaló el aire que estaba conteniendo mientras pensaba, siendo asaltada de repente por cierto minino conocido.
— ¡Cupcake! ¡Creía que te habían llevado a la perrera! —exclamó sorprendida pasando una mano por el esponjoso y suave pelaje del gato, que se le quedó mirando con ese aspecto de elegancia y arrogancia típicos de los de su especie.
—Jamás podría hacer eso, poppet, es de la familia —dijo Oliver sentándose junto a ella, parecía estar repentinamente cansado.
—Siento lo de Arthur, no sabía que... —comenzó a decir, siento interrumpida por Oliver, que le puso un dedo sobre los labios y negó mientras sonreía.
—Sé que tenías buenas intenciones cuando lo hiciste —dijo sin dejar de sonreír, sin maquillaje se le notaba el rubor, acentuando las pecas y resaltando sus preciosos ojos azules, la chica no pudo evitar sonrojarse también, por la proximidad y el contacto, que fueron cortados repentinamente cuando Oliver se levantó y suspiró, cogiendo su chaqueta y dándose la vuelta para mirarla—, voy a ir a buscar a Arthur, descansa, okay dear? —dijo más serio, esperando a que ella asintiera para acercarse a la puerta.
—Ten cuidado —le recordó, obteniendo una gran sonrisa y un asentimiento como respuesta, antes de que el chico saliera por la puerta de la cabaña.
Volvió a tumbarse en las sábanas, mirando el resto de la pequeña cabaña, aquella era la única cama... y sin duda olía a Oliver, ese olor dulce, similar al de un cupcake recién hecho, notó como le ardían las mejillas, no solo por estar en su cama, sino por lo que significaba que aquella era la única.
Negó con la cabeza, intentando disipar aquellos pensamientos de su cabeza, malditas hormonas adolescentes... la puerta de la cabaña se abrió de par en par, sorprendida, alzó la cabeza desde debajo de las sábanas, pensando que sería Oliver que había olvidado algo y volvía a buscarlo, en su lugar vio a Arthur, aunque le costó un poco reconocerlo, llevaba el pelo rubio tapado por un sombrero de alas anchas, el típico que llevaría un pirata, mientras que en el resto del cuerpo no se quedaba corto con la vestimenta extraña.
Su torso estaba semidescubierto de forma que tenía parte del pecho a la vista, por culpa de camisa blanca abierta que llevaba, también tenía una chaqueta sobre los hombros del mismo estilo del sombrero, de un color rojizo similar al de la sangre y con galones en las hombreras, los pantalones eran lo más normal del conjunto, eran negros e iban sujetos por una tela violácea.
Para completar el... disfraz, llevaba un sable aún envainado, colgando a un lado de su cintura, y una vieja pistola en su mano derecha, genial, un loco armado cuando se encontraba sola con un gato... con lo bien que estaba yendo el día... suspiró antes sentarse en la cama, reparando por primera vez en su propia ropa, un camisón azul, sencillo, se quedó en silencio unos instantes, ignorando completamente al recién llegado, para finalmente gritar.
— ¡No me puedo creer que me haya desvestido mientras dormía!
El pirata la miró como si estuviera completamente loca, bueno, muy equivocado no estaba la verdad.
—Lo mato... —murmuró aún ignorando al pirata, ¿qué importaba que hubiera un hombre armado en la habitación cuando la habían desvestido sin su consentimiento?
—I could send ye t'Davy Jones' locker starboard now. Ye mind? —dijo el pirata levantando la pistola.
— ¿Perdón? —preguntó al escuchar lo de Davy Jones, aquello la había desconcertado, suponía que aquello era algún tipo de dialecto pirata, pero...
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Rosa y oscuridad. [2P!Inglaterra]
FanficEn una ciudad normal, con una reciente subida de la tasa de secuestros y desapariciones, nuestra protagonista vive con normalidad.Una vida normal, hasta que sufre el mismo destino de las demás chicas desaparecidas, o casi el mismo, acaba conviviendo...