—¿No íbamos a salir? —preguntó una vez sentada en una de las sillas de la cocina, seguía sin encontrarse bien pero era su mayor oportunidad para irse.
Miró al líquido del interior de su taza, era té negro, con limón, por lo que era normal que tuviera un color rojo pero, sabía un tanto... extraño, intentó no darle más vueltas, levantando la cabeza y encontrándose con aquellos ojos azules tan extraños.
—¿Ocurre algo poppet? —inquirió curioso sin dejar de sonreír, finalmente respondiendo a su pregunta—, si aún te encuentras mal puedo ir yo solo, aunque tendrás que quedarte en tu habitación, no me gustaría que... salieras sola al peligro de la calle.
—Quiero ir —replicó bebiendo otro sorbo de té, sabía raro pero no en un mal sentido, a decir verdad estaba realmente delicioso, bueno, aunque dado el historial de ingredientes de quien lo había preparado, mejor no preguntar lo que llevaba.
El gato marrón y blanco de su captor entró de forma elegante en la cocina, maullando feliz y acercándose a ella, su mirada, excepto por las pupilas rasgadas propias de su especie, era idéntica a la de su amo, unos grandes ojos azules, un parecido que resultaba perturbador, más con ambos pares de ojos clavados en ella.
—Entonces, saldremos en cuanto te acabes el té, dear —anunció para sorpresa de la chica, cogiendo al minino en brazos mientras este comenzaba a ronronear felizmente y a mirarla con una expresión de autosuficiencia un tanto extraña para un gato.
Apuró el té, tomando un último sorbo con un sabor un tanto... metálico, intentó no darle importancia y se levantó, expectante.
—Primero de todo, cuidado cuando pasemos junto a los perros, ¿entendido, poppet? —dijo esperando su reacción, casi como si se lo estuviera explicando a un niño.
—¿Perros? —inquirió extrañada, era la primera noticia que tenía de algún animal que no fuera el gato.
—¡Sí!~ son mi sistema de seguridad~ —respondió felizmente, como si tal cosa.
Bueno... probablemente estaba exagerando, es decir, un hombre con una casa con una decoración similar a la de una casa de muñecas no podía tener unos perros muy temibles... ¿no? Aunque... se le había olvidado un factor importante en la ecuación, dicho hombre era un envenenador rápido y mortal con el cuchillo, había sido una suerte que no hubiera intentado escapar antes, probablemente no habría llegado muy lejos.
Sintió un escalofrío al pensar en lo que habría pasado si los perros eran realmente tan fieros y hubiera salido... esperaba no tener que volver al interior de aquel lugar si lograba escapar al salir pero, era un factor a tener en cuenta si fallaba en huida.
—Entendido —dijo finalmente, un tanto nerviosa ante la idea.
—Good~ cuidado dear, huelen el miedo —advirtió con una expresión un tanto espeluznante en su rostro.
Salieron de la cocina, y finalmente al exterior de la casa, dos grandes perros se acercaron corriendo, escondiéndose Anissa tras Oliver sin pensárselo dos veces, quería volver a casa, no acabar descuartizada por un par de lobos, lobos por llamarlos de alguna manera, no reconocía la raza, eran no solo mestizos, sino modificados de alguna forma, probablemente para ser más grandes, más feroces y... más mortales.
Lo que le extrañaba era que alguien se hubiera colado con ellos allí, o había sido alguien muy temerario o los perros no se encontraban en ese lugar en aquel momento, por la tormenta o porque estaban encerrados. Fuera cual fuera la razón, si tenía que volver debía averiguarla, aunque rezaba internamente porque pudiera escapar ese mismo día.
ESTÁS LEYENDO
Rosa y oscuridad. [2P!Inglaterra]
Fiksi PenggemarEn una ciudad normal, con una reciente subida de la tasa de secuestros y desapariciones, nuestra protagonista vive con normalidad.Una vida normal, hasta que sufre el mismo destino de las demás chicas desaparecidas, o casi el mismo, acaba conviviendo...