Fiesta

155 23 7
                                    

Sanha recogió a Eunwoo a las 9 y a Bin a las 9.30, condujo muy despacio para tener más tiempo y hablar con “Nunu”. Realmente lo consideraba vomitivo, aburrido en todo su ser, solo hablaba de la universidad, de lo mucho que le gustaba producir y cómo amaba a sus amigos. Sanha estacionó el auto y caminaron hasta la puerta del estableciemiento.

- Y… ¿beberás hoy?
- Ehh… si claro – contestó Nunu nervioso tomando sus manitos en un adorable gesto, Sanha vio a Bin sonreír con eso y no le gustó nada.
- No debes hacerlo si no quieres, pero una cerveza no hace mal – le dijo Bin sonriendo y apretando su hombro para darle seguridad
- Bienvenido al paraíso – gritó Sanha sobre la música del local

Eunwoo no podía creerlo, todo era mágico y estaba increíblemente lleno, luces por todas partes, mesas privadas con cortinas, DJ en una tarima gigante y chicos animando y dando de beber a hombres y mujeres totalmente ebrios a pesar de la hora. En las filas del baño se intercambiaban sustancias y se escuchaban sonidos sexuales como lo más suave. Sanha eligió ese lugar por eso, Paraíso era el club más solicitado y alocado, todo estaba permitido.
- No crees que es demasiado? - dijo Bin algo molesto, Sanha estaba acabando con su paciencia
- Mira su cara, el inmaculado se descartuchará en uno de estos baños
- Por favor no lo drogues
- ¿Por quién me tomas? No pretendo arruinarle la vida - sonó ofendido, ni se le había pasado por la cabeza hacer eso
- Lo que sea

Se sentaron en una mesa y conversaron, Eunwoo estaba feliz, amaba a sus amigos pero siempre había querido salir de fiesta, y qué mejor que salir con Bin.
- Quieres bailar? – Sanha tomó la delantera viendo que Bin no hacía mucho
- Sí… claro – Nunu miró a su crush que le sonrió en aprobación mientras tomaba más alcohol.

Sanha no se iba a ir con rodeos, tomó a Eunwoo de la cadera y lo pegó a la suya, donde una erección era evidente, Nunu se sonrojó e intentó quitarse pero Sanha se acercó a su cuello y puso un mordisco suave en él.
- Sanha yo no…
- No digas nada, solo estamos bailando - susurró en su oído
- Yo…

Sanha ondeaba su cuerpo provocando sensaciones nuevas en Eunwoo, si le gustaba Bin ¿por qué quería que Sanha lo hiciera suyo? El más alto envolvía a Eunwoo con su calor, tocando su cuello, su abdomen, su pelvis, en un movimiento ágil lo dio vuelta y lo apretó contra sí, tomó su cuello  y su entrepierna declarando suavemente en su oreja “ya estás listo” mientras acariciaba su pantalón, “vamos al baño”. Eunwoo lo miró con deseo pero en 1 segundo su mirada se desvió y captó a Bin, sentado mirándolo incómodo, con su vaso vacío, luego miró a Sanha y se alejó rápido de su magnético cuerpo, le dijo que no partiendo a la mesa antes que pudiera capturarlo de nuevo.
- Bin
- Eunwoo – Bin lo miró coqueto – lo estás pasando bien - aún así Bin se veía desanimado
- Estoy tan avergonzado – replicó el inmaculado tapando su cara con las manos – me dejé llevar
- Sanha tiene ese efecto en las personas, descuida
- Él no es quien me gusta – susurró
- ¿Y quién te gusta? – le preguntó el chico con inocencia, se notaba que no tenía idea que él era el objeto de su amor
- Ajá… ehh… no… yo no
- Ay perdón, no te preocupes lo siento, no debí preguntar – en eso volvió Sanha con tragos para todos.

Los tres actuaron como si nada pasara, Sanha volvió a la pista de baile y frente a Bin y Nunu sedujo a otro chico, uno muy musculoso y algo más bajo que él. Dejó que el desconocido lo recorriera con sus manos y lengua, y cuando no pudo más de excitación miró a Eunwoo y levantó las cejas, “así se hace esto”, tomó la mano del joven y lo llevó a uno de los baños.
- Creo que debería irme - espetó Eunwoo a Binnie, ya nada tenían para hacer allí
- Vámonos juntos ¿puedes llegar a casa así?
- Así cómo? – se quejó Nunu levantándose mareado
- Así ebrio.
- Mis padres van a matarme - comenzó a reír aunque no fuese gracioso
- Te puedes quedar en mi casa – la sonrisa de Bin era tan sincera que podía perderse en ella, y aceptó sin siquiera meditarlo.

A la mañana siguiente Eunwoo despertó sin saber dónde estaba pero vio a Bin acostado a su lado, ambos sin polera y con pantalones. No se acordaba muy bien pero se sentía seguro de no haberse acostado con él, nada le dolía. Bin abrió sus ojos y le sonrió dándole los buenos días.
- Binnie… ¿por qué estoy sin polera?
- Ayer me hiciste una linda performance antes de poder meterte a la habitación – le dijo sonriendo mientra Nunu se sonrojaba.
- Oh, lo siento
- Descuida – se paró y se puso una polera negra – no fue malo, hasta cantaste, fue gracioso.

Se levantaron y desayunaron, de Sanha no habían rastros. Hablaron tanto sobre la universidad, y Bin le contó las cosas mas locas que le habían ocurrido en los clubes, extrañamente ninguna incluía anécdotas con sus propias conquistas, todas eran sobre vomitar y encontrarse con parientes homofóbicos y mojigatos chupándosela a alguien sin vergüenza por las esquinas. La atmósfera era íntima y tranquila pero igualmente animada, ambos pensaron que así debía sentirse ser feliz con alguien

- Gracias por cuidarme, seguro arruiné tu noche – le dijo antes de irse
- Claro que no, yo… estoy cansado de mi reputación.
- ¿De verdad? – la emoción en la voz de Eunwoo se hizo notar y sus ojos brillaban
- Sí, bueno tengo que hacer algo, lo siento
- Sí, adiós.

Bin se acercó a Eunwoo y este cerró los ojos, era el momento, el chico que le gustaba lo besaría. Binnie sonrió al ver el gesto, iba a depositar un beso en sus labios cuando lo recordó: “Minhyuk” y entró en pánico por un momento, había olvidado a su amigo y sus sentimientos, así que besó la mejilla de Eunwoo y cerró rápido la puerta. Estos olvidos no pueden ocurrir, no dañaría a Hyuk.
- Ganaste la apuesta? – dijo Sanha recién despertado
- No
- Por qué? Se nota que te tiene ganas - decía mientras se sentaba en el sofá en boxer y rascándose un ojo
- No quiero hacerlo, es un buen chico
- Ay Bin, cuándo te volviste tan aburrido? – en un movimiento rápido Sanha se levantó y puso a Bin contra la pared, capturándolo con ambos brazos.
- Yo no...
- Si hasta las mismas palabras usas – le dijo rozando sus labios, no había aroma a  alcohol en su aliento, considerando todo lo que había tomado
- Por qué lo haces? – Bin no dejó de mirarlo a los ojos, se veía herido, usado como cualquier trozo de carne que Sanha poseía.

Los ojos de su mejor amigo estaban vidriosos mientras contenía las lágrimas. “¿Por qué llora?”. Sanha se asustó y abrió mucho sus ojos, sacó sus manos de la pared y Bin corrió a su habitación, no volvió a salir en toda la tarde.

La apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora