Capítulo VII. Ahora Me Recuerdas

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Habían pasado varios días en los que Quinzel se había adaptado como podía a la escuela Salvatore. Era muy difícil, puesto que era una época muy diferente en la que ella se había crecido. Esa mañana se despertó temprano, apenas despertó bostezo con fuerza y se estiró viendo por la ventana la mañana, era un lindo día, bajo la miraba hacia su anillo de compromiso y pensó si debía quitárselo o no, decidió no hacerlo y se paro de la cama, Lizzie le había dado una habitación enseguida de la suya, era muy linda y espaciosa. Cuando se levantó de la cama, se acercó al espejo para ver su reflejo, acomodo su cabello y noto la horrible marca en su cuello, la tocó con lentitud y se quedó pensativa. Dejó salir un enorme suspiro y camino hacia el closet. Josie y Lizzie le habían dado alguna prendas que le parecían extrañas en verdad. Tomó un pantalón de mezclilla y una top negro, se vistió rápidamente y salió de la habitación colocándose una chaqueta de cuero mientras caminaba por los pasillos, unas chicas pasaron junto a ella, ella les sonrió saludandolas y ellas hicieron lo mismo, cuando llegó al comedor miró a Lizzie sentada en la mesa, por lo que se acercó a ella.

-Hola ¿Hay noticias sobre nuevos monstruos?-.

-Si, un monstruo nefasto que se alimenta de secretos-.

-Oh...- se queda pensativa y se sienta junto a ella en la silla de a lado -Creo que... Todos necesitan que Hope vuelva-.

-Ella no es tan necesaria ¿Sabes?- la mira y rueda los ojos hasta ver a Sebastián caminar frente a ellas y sonrie.

-¿Puedo preguntarte por qué la odias?- la mira confundida y luego a Sebastian.

-No la odio-.

-Parece que si- afirmó mientras me ponía de pie -Mira, se que no te conozco lo suficiente, pero te diré algo importante... No pierdas el tiempo despreciando a otros, a ellos no les importa y tu eres la única que saldrá herida porque ese desprecio lo acumulas y con el tiempo, te quebraras- le dedico una leve sonrisa y camino hacia la dirección. Llamo a la puerta esperando que le dieran el pase, cuando entró veo a Alaric Saltzman que al parecer había retomado su papel como el director, me acerco cruzada de hombros y con una sonrisa -Felicidades director-.

-Gracias, esto al fin terminó- admitió felizmente mientras le ofrecía asiento -¿Ocurre algo?-.

-Si, me gustaría saber como puedo colaborar o ayudar aquí-.

-No tienes que hacerlo- asenti tomando asiento y viéndola -Esta escuela se creó para ayudar a todos los sobrenaturales que son aeslados o excluidos-.

-Si, pero... Esto es extraño para mí, no creo poder adaptarme- dijo apenada mientras jugaba con sus manos.

-Mira, no puedo obligarte a quedarte, pero creo que es la mejor opción, no tienes a dónde ir. Estas ligada a Malivore y eres hasta ahora nuestra única arma contra el. Y por cierto, hoy es la Commonwealth. Es importante que vayas, será divertido-.

Ella solo guardo silencio, sabía que era verdad. No tenía a dónde ir y ciertamente, no sabía cómo comenzar desde 0 sola. Siempre había estado con su familia y ahora no tenía a nadie, más aparte. Hizo una promesa, se quedaría ahí hasta acabar con Malivore, por lo que volteo a verlo y asintió con la cabeza, el hizo lo mismo y le dedico una ligera sonrisa.

-Bienvenida a la escuela Salvatore-.

Ella sonrío levemente y se puso de pie para salir de la oficina, camino por el pasillo pensando en como podía ayudar respecto al nuevo monstruo. Cuando recordó varias historias que Clark le había contado.

El Legado Original (Kol Mikaelson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora