Cap 03

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Narrador omnisciente:

Después de aquél ‘reencuentro’ entre amigos, Torū ni siquiera podía salir a la calle a cumplir con sus obligaciones por miedo a encontrarlo nuevamente.

Este lo único que hacía era ayudar a la liga por computadora, cómo guiarlos al objetivo o mandar una de sus gemas para haya, pero no era lo mismo que actuar. Ahora se encontraba recostado en el suelo, eran como las 2 de la mañana y aún no reconcilia el sueño.
Este tan solo pensaba, ¿Por qué se encontró a Izuku ahí? ¿Lo estaba siguiendo? No entendía nada.

— Deberías salir idiota, ya pareces a una señora de edad.

— No te invite a mi habitación para que me andes molestando, Crystal —nombras su nombre en un tono un tanto molesto pero ella simplemente sonrió de forma burlona para luego tomar de tus brazos y levantarse del sueño, en dónde estabas pintando—.

— Salgamos To-to, extraño salir a robar con mi duo, sin ti no es lo mismo —hablo restregando su mejilla contra la del chico, quien solo pudo reír con sutileza —.

— Pero, ¿Y si me lo vuelvo a encontrar? No estaré preparado mentalmente.

— Dios, si lo dices así lo vas a manifestar idiota, este no es el Torū que conozco, así que te vas a levantar ahora mismo, te vas a cambiar y vamos a robar, que ya no tengo comida en la nevera.

Una escandalosa risa inundo en la habitación la cuál era proveniente del chico, quien no dudo en ponerse de pie.

— Ya voy ya voy, solo vete de la habitación y ya.

Este hizo caso omiso y solo de recostó en el colchón boca abajo, sabías que no le gustaba convivir con Dabi ya que eran ex, seguías diciendo que eso era algo raro por la edad que se llevaban pero no ibas a discutir.

Te terminaste de comer tu cinturón con púas y tocaste el hombro de la contraria.

— Ya podemos irnos, extraño robar en la farmacia.

(. . .)

— Izuku, ¿Que planeas hacer? —interrogo el rubio con una ceja arqueada al ver un pergamino lleno de ralladuras pero aparecía con letra en grande ‘Secuestro’.

— Pues secuestrar a Torū, ¿No es obvio? Quiero que me dé respuestas.

— ¿Pero llegar a tal punto de hacer eso? No mames, eso ya es llegar a otro nivel de locura.

— El no quiso hacerlo por las buenas, será una pequeña venganza, además... Debo torturarlo con lo que más le teme.

Denki abrió sus ojos como plato, por lo que el sabía, Torū era claustrofobico.

El peliverde estaba llegando lejos por una simple estupidez de niños, pero este se engancho tanto con aquel chico que ya estaba totalmente roto por su partida.

Por otro lado, Torū y su compañera ya habían robado un par de cosas, aunque el de cabellos revueltos había pasado por la tienda de armas, presentía que algo vendrá.

— ¡Ya extrañaba esto To-to!

— Solo pasaron 6 días Crystal, casi una semana.

Está detuvo su andar lo cual provoco que igual lo hicieras, está usualmente te sigue discutiendo y tirando mil argumentos.

— Viene alguien... Un héroe.

Rápidamente se escondieron en un bote de basura, no era muy recomendado para ti por el poco espacio que había pero solo te aferraste a tus piernas y contaste del 1 hasta 100.

— Tu hijo Todoroki acaba de caer al hospital, ¿Cómo puedes estar tan tranquilo, Endeavor?

— El se puede recuperar solo, no es la gran cosa... Además, el debe aprender que no puede caer al hospital Siempre, tiene que superar al héroe #1 y no puede hacerlo cuando unos golpes míos ya está rendido.

Escuchabas con atención todo, estabas en el número 56 pero estabas muy atento a su conversación, escuchaste que su hijo menor tenía dos poderes, hielo y fuego, mitad y mitad.

— ¡Hubo otro robo en la calle xxx, vayan! — Aquellos dos héroes fueron ante ese llamado y tú rápidamente sales del bote de basura con la respiración agitada.

— ¡N-nunca más haré eso!

— Perdón pero era lo único que se ocurrio.

Negaste con la cabeza sin fuerzas,seguías teniendo ese trauma gracias a tu progenitor.

– PAPÁ POR FAVOR –exclamo un pequeño niño, de aproximando 8 años, su padre jaloneaba de su frágil brazo, hasta el punto de que la palma de la misma quedé marcada en su piel sensible–.

– Tienes que aprender a no faltarme el respeto mocoso de mierda –pronto el adulto metió a Torū a un espacio pequeño, era una habitación que solo contenía un estante bajo con libros y algo para hacer sus necesidades– Te quedarás aquí todo el día, pobre de tí que le digas algo a tu madre que te mato.

– No por favor, prometo portarme bien ¡Lo prometo! –Pero ya era tarde, lo había encerrado con llave al menor, este empezó a temblar y miro las cuatro paredes, este se tuvo que sentar porque era tan pequeño el espacio que tenía que encorvarse, se hizo bolita en una esquina y empezó a balancearse, brindando a si mismo algún método de consolación – Perdón, perdón...

– Tierra llamando a Torū –Este mismo se sobresalto por el llamado de su amiga, la cual lo sujetaba de los hombros – Hey...

– Perdón, me puse a pensar y... –de pronto sintió algo correr por sus pómulos, su dedo índice acaricio la misma hasta sentirlo húmedo –.

¿Por qué lloraba?




























¡Hola y adiós!

Anti-heroes-- Izuku Midoriya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora