Narrador omnisciente:
El protagonista había llegado a su 'hogar' o sea, a la guarida de villanos y de puro milagro, no te encontraste a nadie por aquí, suspiraste medio aliviado, dejaste el bolso con cosas en la silla del comedor y fuiste al refrigerador, ya que tu estómago rugía como un león por el hambre que tenías.
Ahí había fideos de ayer por lo cual tomaste el pote para así comerlo frío, no es que quisieras comerlo así, es que no había microondas y las ollas estaban todas sucias y te daba paja lavarlas.
A los segundos sentiste un presentimiento un poco conocido, como si tú no estuvieras solo en la habitación.
Aún con el tenedor en la boca volteaste a ver a todos lados, viendo que no había nadie más que tú aquí, con algo de duda seguiste comiendo aún atento a ese presentimiento.
Viste una sombra pasar muy rápido hasta tu habitación haciendo que te alarmes, dejaste el pote de fideos en la mesa mientras tomas un cuchillo algo filoso y caminabas de forma sigilosa a tu habitación.
La misma estaba con ropa tirada y uno que otro papel tirado por ahí, la presencia seguía allí, lo sentías.
– Miren quien tenemos aquí, al pequeño To-Kun, dime... ¿Le sigues teniendo miedo a los espacios pequeños?
Pronto sentiste que el lugar te daba vueltas, una mano fue a tu nuca sintiendo algo líquido en tus dedos.
¿En qué momento me golpeó?
– Necesito respuestas, ¿por qué fingiste el suicidio?
Te tambaleas en tu lugar haciendo que te apoyes en la pared más cercana, en todo momento intentabas no cerrar los ojos, pero era algo prácticamente imposible, cada vez la vista se te volvía más oscura.
– Eres lento... detesto eso.
Pronto, tu vista se volvió oscura.
...
pov' Toru:
Por alguna razón todo mi mundo daba vueltas en este instante. ¿Qué carajos me paso, porque tengo un inmenso dolor en la nuca...? ¿Dónde estoy? Intente moverme pero sin victoria alguna, tenía las manos encadenadas, justo iba a ocupar mi quirk pero algo o más bien su voz me hizo detener.
– ¿Sabes? Yo pense que serias un poco más inteligente To-kun, con un mínimo movimiento que hagas no sentirás más que una gran electrocución por parte que mi compañero, pero creo que eso no debería importarte ahora ¿Porque mejor no miras dónde estás parado?
¿Mirar a mi alrededor? Pero si yo ya sé que estoy encerrado. Pero es mejor hacerle caso y mi vista comenzó a recorrer la habitación, cada trazo que revisaba mi corazón se acelera. Cada metro cuadrado que revisaba mi respiración se volvía más pequeña y era difícil respirar.
El espacio era demasiado pequeño, muy pequeño para mi gusto, recién lo había notado, trague en seco la saliva algo espesa por la falta de líquidos en mi sistema, mi frente comenzó a crear sudor frío. El pánico poco a poco iba a apoderándose de mi cuerpo, lo decía porque sentí mi cuerpo temblar, como el espacio se reducía cada vez mas.
– Así me gusta, verte preso del pánico. Te ves tan lindo en esta situación pero bueno, hagamos las siguientes preguntas ¿Para quien trabajas? –sabía que si no le contestaba iba a terminar gritando o quién sabe su siguiente movimiento.
– Yo... Yo no puedo decirlo, no voy a traicionar a mi familia por un niño ciego de odio como tú – siento que no debí contestarle así, ya que el silencio adorno la pequeña habitación.
– Pensé que serias mas inteligente Toru... Kami, ya sabes que hacer.
Ni siquiera tuve tiempo de pensar de quien carajos era Kami cuando un inmenso dolor se presento en mi columna y piernas, haciendo que suelte un grito de dolor, la electricidad era el quirk de aquel desconocido.
– Estaremos así por un largo largo tiempo To-kun.
Volveremos a ser mejores amigos, como hace un tiempo atrás pero esta vez, voy a asegurarme de que no te alejes de mi.
Esto de ser escritor y estar apunto de entrar a la universidad me quita tiempo, pero voy a aprovechar ahora antes de entrar a la U.
Bay Bay.
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Anti-heroes-- Izuku Midoriya.
RandomKomori Torū era el mejor amigo de Midoriya Izuku junto con Bakugo Katsuki, los tres eran inseparables... Pero eso se acabaría cuándo el rubio obtenga su quirk. El orgullo de él hizo que su amistad se quebrara a igual que mil promesas sin cumplir. Pe...