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  Nos separamos, nos quedamos mirándonos a los ojos, podía notar como mi cara ardía

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  Nos separamos, nos quedamos mirándonos a los ojos, podía notar como mi cara ardía.

Kurt sonrió.
—Dios estás rojisima — río tomando mis mejillas.

—Es que me tomó desprevenida — seguía impactada ¿de verdad esto había pasado?

—Pues espérate muchos más. — cada vez me ponía más roja y eso le causaba gracia.

—Pero… ¿te gusto? Sino no me lo explico — me miró y sonrió ampliamente, ¿eso qué quería decir? Que sí… Estoy confundida. Maldito y encantador Kurt.

Llegamos a una gasolinera, teníamos que repostar, yo me quedé dentro y él salió. Cogió la manguera y empezó a llenar el tanque.

Encendí mi teléfono, dos llamadas pérdidas de mi hermana, decidí llamarla y preguntarle qué ocurría, a lo mejor era algo importante.

—¿Ava?.

Por fin Maggie, ¿tan ocupada estás para no cogerme el móvil? — dijo irónica.

—Calla, estoy con un amigo, ¿qué quieres?

¿Qué amiguito? Bueno…  ¿cuál era ese rímel bueno que te compraste?

— Cállate, ¿es enserio? Es el negro de Sky High, me asustaste, creí que era serio— suspiré aliviada

Claro que es serio, el gato de mi vecino tiró el mío por la ventana, casi lo mato, te lo juro, el otro día me arañó la camiseta esa roja de escote, que odio le tengo al puto gato — reí por lo molesta que estába.

—Bueno, ahí te quedas, adiós — me despedí.

Sí, sí. Adiós cuídate —colgué.

Kurt se quedó quieto justo en frente mía, estaba concentrado en su teléfono. Empezó a gritar y justo se dió cuenta del policía al lado nuestro. Se alejó y volvió para terminar de repostar.

Limpió la mancha del parabrisas con una especie de cepillo y jabón. Le saludé y me sonrió. Se dirigió al maletero y tiró el cartel de Andrea. Al parecer se estaba peleando con Bobby.

—No es malvado, es un asombroso contenido— dijo cuando entró al coche, llevaba una gorra la cual le quité para ponermela yo.

"Añade unos momentos WTF o GTFO" sonó la donación.

—Sí, eso da más audiencia Kurt — lo miré emocionada.

—Está bien — suspiro rehusado. Le di un beso en la mejilla. No creo que sea momento de comernos la boca.

Recogimos a tres influencers, dos estaban ellos o al menos parecían borrachos. Una me pidió por favor que me pusiera en el asiento de atrás ya que no podía soportar a sus amigos, quiénes me cayeron bastante bien.

La música estaba a todo volumen, los dos de mi lado no paraban de reír, hasta que dió un volantazo, los coches pitaban.

—¡Para! ¡Para!

"ι тнιηк ι ωαηт уσυ тσσ" →Kurt Kunkle. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora