Today'ssong: 'Drivers License', by Olivia Rodrigo.
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Tras haber comprobado por enésima vez si llevaba todo lo necesario para encaminarme hacia la cafetería en la que trabajaba, decidí salir de mi edificio. Podría ser simple a los ojos de otras personas, pero aquel apartamento albergaba tantos recuerdos.
Sin darme tiempo a pensar y, habiendo echado un último vistazo al rosado cielo de verano, me dirigí hacia el coche del que hace poco conseguí la licencia.
Conseguí mi carné de conducir la semana pasada, como siempre habíamos prometido hacerlo.
Ya no tendría que esperarte en la entrada de mi casa, a que llegases con aquella sonrisa tuya, mirándome con ojos centelleantes y pidiéndome que me suba detrás tuyo, para luego dedicarme un "Agárrate fuerte" seguido de un guiño.
Mi mente comenzó de nuevo a crear aquellos escenarios en los que tú y yo éramos los protagonistas, maquinando cómo podría haber acabado todo si ella no se hubiese cruzado en nuestras vidas.
De nuevo mi vista se nubló, pues la calle por la que mi coche se deslizaba era la misma en la que se encontraba tu casa.
Tú estabas tan emocionado de que finalmente llegase conduciendo hasta tu casa.
Y allí os vi de nuevo. Sentados en el banco en el que tantos atardeceres hemos visto pasar, compartiendo mil miradas, mil historias, mil caricias. Pero esta vez lo compartías con ella, aquella chica que siempre me hizo dudar, abrazando su delgada cintura, ella es todo aquello de lo que soy insegura.
Una vez más mi rostro se transformó en una mueca de decepción y angustia, lo pude sentir. Una vez más pasé de largo, intentando evitar aquellos pensamientos que poco a poco parecían apoderarse de mi mente, cada día, cada noche. Es imposible dormir si tengo la imagen de ti besando suavemente sus labios.
Sé que no éramos perfectos, pero nunca me sentí de esta manera con nadie. Y realmente no puedo imaginarme cómo puedes sentirte tan bien ahora que ya no estoy.
A lo largo de mi monólogo mental pude apreciar cómo el cielo se teñía de rojo. Las luces de la ciudad bañaban mi rostro a medida que me acercaba a mi destino. Sin embargo, un pequeño paso de cebra me permitió descansar mis adoloridos ojos.
Aún sigo escuchando tu voz en el tráfico, aún sigo viendo tu cara en el reflejo de los coches blancos.
Desgraciadamente esto no duró mucho, por lo que retomé mi camino y tras unos minutos divisé a lo lejos el cartel de la pequeña cafetería. Las lágrimas que no pude contener finalmente salieron, y me permití un minuto a solas. Aunque, para ser sinceros, desde que te fuiste todos los minutos que tengo son a solas.
No podía dejar de sentir esa angustia en el pecho al recordar el sentimiento de la brisa en mi rostro cada vez que acelerabas tu moto, las sonrisas ladinas que me dedicabas al mirar hacia atrás, los fugaces besos en los semáforos en rojo...
Porque aún te sigo amando, cariño. Porque dijimos "para siempre" y ahora conduzco sola por tu calle.
