Aquel sueño que me "despertó"

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La noche en que la vida me despertó
Me encontraba deambulando por las calles del barrio donde nacieron mis batallas
Buscando un algo que había perdido hacía tiempo, un "no sé qué" que se me había quedado en algún lugar y del cual sólo sabía que me pertenecía

En realidad no estaba tan sola como creía, la desesperanza y la angustia me acompañaban, como sombras que custodian mi alma

Mis pasos me conducen a aquel lugar que alberga recuerdos vívidos de una época en la que mi valor no era algo que me perteneciese a mi, en el que el instinto reinaba sobre mis decisiones que se escudaban detrás del disfraz de la conciencia, aquel lugar en el que los pupitres terminaban amontonados todos los días al sonar la chicharra que anunciaba el fin de la tortuosa jornada académica

Vislumbrando un casillero abandonado en el rincón de un salón, me dí cuenta de que ahí se encontraba lo que andaba buscando

Una cámara de video.

Cerré los ojos y al abrirlos me encontré en un parque desolado que a mitad de la noche me invitaba a refugiarme en su interior, y sentada en la banca principal me decidí a mirar la cinta de video.

Miedo y ansías.

Comencé a reproducir los videos que guardaba en su interior mi cámara, y como una película sin secuencia ni sentido, aparecieron una escena tras otra de todas aquellas experiencias dolorosas que en algún momento viví, de todo lo que en su momento me llegué a arrepentir, era la película de mi vida. Era mi vida albergada en un objeto.
Eran las decisiones que tomé,  las veces que tropecé, las lágrimas que lloré y que hoy vuelven a brotar desconsoladamente de mi ser. No las puedo parar, "¿cómo pude...hacer, decir, permitir...?" En fin. Así es como inician a formularse los pensamiento que me reprochan y me insultan...

Con pesar, me levanto y sigo mi camino, por alguna razón siento que no tengo nada más en el mundo que me pertenezca más que ese objeto.

De pronto, de la oscuridad de aquella noche amarga, emerge un sujeto que se aproxima a mi efusivamente por detrás, desconozco su intención, pero me adelanto a decirle que se lleve la cámara y que no me lastime, en seguida me arrepiento, ¡no quiero que se lleve lo único que me queda!, no quiero que me arrebate lo que mi vida representa.
Le ruego que no me despoje, y de manera justa y serena, como si él supiera que es lo que necesitaba, me hace saber que se llevará la cámara pero que me devolverá lo que para mi es valioso.
Coloca en mi mano un disco de memoria, la cual contiene mis memorias.

Y me doy cuenta

He aquí el significado de todo: Por supuesto. En mis manos se encuentra mi vida.
Yo soy responsable de cuidar mi vida, lo cual es lo único que me pertenece. Yo atesoró esos recuerdos, que, aunque duelan, aunque los haya guardado por tanto tiempo en un casillero abandonado y aunque me intenten despojar de ellos, siempre formaran parte de mi ser.
Son mi historia. Y las lágrimas desbordadas no son solo por sufrimiento y dolor, sino también por orgullo y reconocimiento de estar aquí hoy

Continuó mi andar con la revelación de mi vida y mi autodescubrimiento que, de pronto sin darme cuenta, los cielos oscuros comienzan a colorearse de azules y amarillos, y las calles en tinieblas se llenan de girasoles, almendros y cipreces.

Ya no estoy sola, hay gente viviendo su cotidianeidad, pero me percato de que sólo yo puedo ver el arte que me rodea, y no me importa que nadie más lo vea, sé que esta revelación fue fruto de la búsqueda de la verdadera libertad, de la necesidad de despertar, que por tanto tiempo ignoré que podía existir viviendo en una caverna, como la de la alegoría de Platón.

Insomnio y diosidencias: El inconsciente en busca de salidas de emergencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora